Después de setenta años de paz en Europa occidental podemos interrogarnos sobre el destino de la destructividad en esas condiciones inéditas. Quizás asistimos a lo que se puede asimilar a “las guerras civiles”: suicidios, rupturas familiares, judicialización de la vida civil. Dos ejemplos clínicos. Uno de ellos ilustrando las guerras intrafamiliares y el otro las guerras institucionales son completadas por algunas comparaciones entre esas dos formas y algunas consideraciones sobre las diferencias entre paso al acto individual y colectivo.
El objetivo de éste artículo es el de conceptualizar el fenómeno de la violencia a través de un método mixto: La revisión histórica y literaria se acompaña de una metodología clínica. La hipótesis demostrada es que la violencia reside en el intersticio entre el sujeto y lo social que hace emerger fallas del sistema simbólico, como en el caso de un adolescente, del crimen à la “locura”. El trabajo sobre la violencia como una respuesta a lo que permanece fuera de la dimensión simbólica, intenta el dar sentido para que la violencia de uno no sea la de todos.
El artículo describe cómo es que las tentativas de solución halladas en la cura psiquiátrica del adolescente hospitalizado en unidad de crisis ayudan a considerar la intensidad y la complejidad de los factores que participan a la violencia característica de esta clínica. El adolescente interroga aquí como en otros lugares los diferentes niveles de contención como tres muñecas rusas: la contención global, la contención local, la contención individual.
La noción de violencia en psicopatología antes que todo es un indicador de la cantidad de la excitación que está en juego. Para enfocar la violencia durante la adolescencia es necesario de considerar lo que impacta la economía interna del adolescente hasta el punto de sumergir sus recursos psíquicos. Es durante este periodo de la vida que se produce una conjunción de las fuentes de excitación y de las estimulaciones excesivas en un momento en que la relación con los padres no tiene la misma importancia y rol económico lo cual ocasiona “el traumatismo de la adolescencia”.
Este texto presenta el método de foto lenguaje en la clínica del acto de los adolescentes. Nos muestra cómo es que este dispositivo favorece los procesos de vinculación y de simbolización en situación grupal, de tal manera que los efectos de una contención doble de los movimientos de la pulsión; permite una figuración de los restos traumáticos que están relacionadas con las experiencias no simbolizadas.
A través del encuentro con una adolescente quien paso al acto violentamente hacia su rostro; pensamos en el lugar que ocupa el rostro y el movimiento de desfiguración en el proceso de identificación sexual de la adolescente. En continuidad con el cuerpo, el rostro también es sometido a la violencia de la pubertad y a la exigencia del trabajo de feminización. El impedimento a integrar un rostro sexual puede traer angustias de desfiguración y defensas en relación con el rostro y aun más con violencias de desfiguración actualizada.
El articulo trata de las especificidades de las modalidades de tratamiento de los adolescentes autores de violencias sexuales quienes están obligados a una cura. Esas clínicas y las formas paradójicas de la expresión subjetiva que se produce, implica de repensar los contextos y útiles conceptuales para organizar un medio ambiental terapéutico. Los casos expuestos, ilustraran como es que el pensamiento, entra en resonancia con las vivencias de derrumbamiento, de aniquilamiento y con la posibilidad de conducir a esos pacientes a una elaboración de sus experiencias psíquicas.
En el caso de los adolescentes encarcelados, las modalidades psíquicas basadas sobre la dependencia y la pasión al acto, se actualiza en el medio carcéral. El articulo trata de las transformaciones sicológicas de esos sujetos así como también de las modalidades de la emergencia de la violencia. Las acciones violentas, aparecen como una modalidad defensiva en reacción a la excitación de la pulsión, favorecida por la “ hyper estimulación carcéral” y la promiscuidad relacional e institucional inherente al dispositivo mismo de EPM.
Es necesario que hablemos de Kevin, el roman epistolar de L. Shriver, ofrece un paetrial clínico que interroga la racionalidad de una conducta asesina de un adolescente asesino de once personas en la América de los años ochenta . Nos dieron a leer el sufrimiento vinculado al trabajo de maternaje y lo educativo – el trabajo maternal-así como las imposibilidades de este lo cual, parece ser el corazón del comportamiento asesino. Es así, que los vínculos entre la violencia el pensamiento y la cultura se hallan interrogados.
Por mucho tiempo, la violencia femenina nos ha aparecido como un epifenómeno, una monstruosidad, en todo caso, como una anomalia. Este artículo, intenta de comprender como es pensado en la actualidad y ello bajo la mirada de una doble tensión. La emancipación creciente de las mujeres, en medio de un contexto de fuerte reprobación de toda forma de uso de la violencia, y ello a pesar de una igualdad renforzada entre los dos sexos.
Adolescence, 2018, 36, 1, 35-45.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7