Ciertos adolescentes que no han sido inscritos van a interrogar las reglas de funcionamiento de esos dispositivos a mediación y van a obligar a desplegar una escucha específica de los juegos potenciales. El estudio de un caso en mediación terapéutica a través del teatro, nos permite de definir los juegos típicos especulares ue el adolescente pone en juego “a los limites” de esos procesos de subjetivación. Nosotros ponemos en relieve la importancia del juego sobre las reglas de funcionamiento. Ello es muy importante en el tratamiento institucional de los adolescentes no inscritos.
Ph. Gutton a forjado dos conceptos para darnos cuenta de las transformaciones que se producen en el momento de entrar al periodo de la pubertad. El pubertario es un concepto que pone el acento sobre la violencia y la efracción que se produce a nivel somático y psíquico. La adolescens, traduce el trabajo de elaboración psíquica que se hace necesario a causa de la activación de la pulsión durante la pubertad, y ello para resistir a la amenaza de la desintegración de la unidad del yo (psicosis) y de un colapso (depresión). Ph. Gutton denomina a esos dos movimientos como el proceso adolescente.
Los autores estudian en que medida, la violencia puede ser facilitada por las redes sociales quienes promueven una comunidad ideal en la cual, los miembros son ligados por un vínculo de amor, y en el cual las diferencias y la agresividad son activamente denegadas. No se trata de considerar las redes en sí mismos como fuente de conflicto psíquico si no el de estudiar el efecto de regresión que ellas pueden inducir sobre los adolescentes.
Aquí, La autora evalúa las incidencias en la cura de las primeras experiencias sexuales de los adolescentes. Dichas primeras relaciones movilizan fantasías de agresión, puesto que el vinculo entre la sexualidad y la destructividad se encarna de manera privilegiada, incluso cuando ellas son libremente consentidas. La autora hace la hipótesis que la violencia de la sexualidad infantil se impone reactivada por el carácter traumático que conlleva indefectiblemente la primera relación sexual, puesto que se trata de una novedad radical.
Cuando abordan las nuevas formas de destructividad en los adolescentes dichos “indestructibles”, los autores sostienen un enfoque pluridisciplinario para el tratamiento. Según ellos, es crucial de tener en cuenta no solamente los síntomas si no también su trayectoria de vida, sus carencias y sus frustraciones, sin olvidar sus deseos y sus fantasías. De este modo se puede conservar una imprenta de sus capacidades para contenerse y de la elaboración de los adultos que han encontrado durante su trayectoria en la cura.
La representación de un Yo durante la adolescencia, se elabora en un trabajo de limites necesitando una dimensión intersubjetiva y particularmente con el encuentro de un objeto-frontera. El encuentro clínico de un adolescente solicitando una fuerte dimensión sensori-motriz, permite de medir el rol del lenguaje del cuerpo y del acto. Igualmente el rol del educador como objeto frontera permite de poner en perspectiva las propiedades fundamentales vinculadas a este objeto.
La aparición en el año 2018 de la violencia en la obra de S. Ferrières-Pestureau es oportuna para recalcar la manera en que el arte se ha servido en diferentes épocas de todo aquello que excede las diferentes declinaciones del cuerpo humano traduciendo así la violencia. El autor se aplica aquí a relacionar los eventos mayores de la historia occidental de las transformaciones picturales que constituyeron a veces interpretaciones otras veces provocaciones atestiguando así nuevas percepciones de la violencia que surgen de los cuerpos.
El concepto de adolescente difícil permite de salir de la trampa de la nosografía que consiste en incriminar las causas de la violencia únicamente sobre el autor. La dimensión del vínculo ofrece un análisis complejo y critico de los determinantes del entorno y particularmente de las violencias institucionales. El hecho de evacuar las normas institucionales contribuye a cosificar al sujeto, vulnerabilizando al público como a los profesionales. Produciendo violencia las instituciones cosecharían lo mismo en retorno.
Este articulo se interesa al acto violento del adolescente hospitalizado en medio psiquiátrico; a partir de un caso clínico, se tiene por objetivo de discutir de una parte en que por medio del acto violento y la carencia de simbolización, el adolescente bien a figurar un impase de la pubertad y actualiza la hipótesis de una psicosis pubertaria; y de otra parte como es que el clínico puede abrir una perspectiva terapéutica frente a las rupturas de los procesos simbólicos que empujan al adolescente hacia acciones violentas.
A partir de una situación clínica encontrada en una unidad de tratamiento psiquiátrico para adolescentes, trataremos de exponer lo que nosotros llamamos “clínica limite” de la adolescencia; poniendo en evidencia como este tipo de clínica puede impactar una institución. Trataremos de demostrar como la institución puede desarrollar potencialidades de simbolización que humanizan la violencia y ello desarrollando sus capacidades de escucha y de intercambio de discusión y ello “histerizando” los movimientos melancólicos que están en acción en este tipo de clínica.
Adolescence, 2019,37, 2, 385-401.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7