Este artículo se centra en la problemática de los procesos del adolescente prisionero de una mentalidad belicosa secretada por la guerra y secretando la guerra. El autor propone que las transformaciones de los valores inherentes a esta mentalidad se basan en la existencia de escisiones profundas entre las partes infantiles y adultas, y propiamente masculinas y femeninas.
Dichas esciciones, como lo ilustra la situación de Roch y de Marcel, sacrifican el proceso “ adolescens ” del jóven guerrero.
El autor identifica el arma, el enemigo y el uniforme como signos e ingredientes claves del trabajo de Marte y de la mentalidad belicosa. Concibe el trabajo de separación entre la mentalidad belicosa y el pasaje de horror y violencia como una inversion de valores. El restablecimiento de esos valores es coextensivo a la transformación de los terrores en narraciones. Para Marcel y para Roch, los sueños y los fantasmas han pasado por la experimentación de una adolescencia inmobilizada,