La tragedia nació en Atenas durante el siglo V antes de Cristo, se caracterizaba por la representación de la naturaleza como problemática de la realidad. Durante la adolescencia, la resolución del enigma de la sexualidad permite de interesarse a la idea de que las fuerzas conflictuales determinan el comportamiento de los hombres. Descubriendo la dimensión trágica de la existencia, el adolescente puede reconocer las maniobras perversas y aquellas que son del registro de la ambigüedad; pasando así al registro de lo paradójico y dirigiéndose hacia la acción de la denunciación.
Adolescence, 2018, 36, 2, 253-261.