Se propone aquí, a partir de la experiencia personal de los autores, un examen de los diferentes desenlaces de los tratamientos psicoanalíticos durante la adolescencia, desde la ruptura hasta la decisión de darlos por terminados y la elaboración respectiva, tomando en cuenta la especificidad de los criterios y las modalidades de la edad estudiada.
En realidad, lo que requiere ser elaborado no es un verdadero final de la cura, sino la posibilidad de conferir a la experiencia del tratamiento un valor que haga de ella una vivencia lo suficientemente positiva, según una diferencia aceptable por ambos coparticipantes. De esta manera, por incierta que resulte, se puede mantener la posibilidad de un regreso, en un momento y en un lugar que el joven habrá logrado hacer suyos.