La adolescencia puede ser comprendida como una crisis de los vínculos, que necesita poner en plaza nuevas elaboraciones en las relaciones del individuo y su medio ambiente. Cuando los sintomas aparecen, y son objeto de una demanda de consultación, ellos deben ser comprendidos a la vez en la lógica del sentido, propia a la problemática del sujeto, y en aquella de una función en el seno de una unidad grupal y disfuncional. Una observación clínica ilustra, las modalidades de intervención terapéuticas que pueden organizarse en varios niveles.
Adolescence, septembre 2002, 20, 3, 603-614