Si J. lacan a podido abordar la temática de la adolescencia como tal, su análisis del caso Dora permite de remarcar tres características del proceso adolescente : el impacto traumático del encuentro con el deseo por el Otro, la tentativa de recubrir lo sexual por el saber y la búsqueda de una estabilidad de identificación en lo que se refiere a una posición sexualisada. El fracaso del saber durante la adolescencia hace caer en cuanta de la incompletud estructural de lo simbólico y de una parte de lo real que no puede ser reabsorbida.
Este artículo propone de considerar el tema de la migración como la metáfora de una operación psíquica interior : la diferenciación subjetalisante con los primeros objetos que se tiene lugar de manera decisiva a la adolescencia. Este sujeto es retomado en un dialogo con los sociólogos, antropólogos, historicista y filósofos hasta considerar un sujeto plural, abierto a la diversidad de las economías libidinales ; caracterizada por la influencia de la bisexualidad psíquica y de lo sexual infantil. En este artículo se aborda a partir de la teoría de géneros.La migración introduce un mestizaje étnico, cultural pero también psíquico. Una situación clínica del desorden psíquico adolescente generando la elaboración y la simbolización de una extrañeza interna ilustra la hipótesis que todos somos emigrantes.
El concepto de vínculo se define a través de los procesos terciarios tratados por Green. el « nosotros », manera intersubjetiva agranda esta definición. El uso de términos psicopatológicos y psicoterapéuticos del vínculo es más claro. Enseguida Marie-christine Aubray propone un razonamiento clínico.
Para abordar el trabajo durante la adolescencia en la noción de subjetivación, cabe interrogar la especificidad del sujeto en cuestión y todo lo que está en juego en los procesos que han sido puestos en evidencia. Y ello a partir de tres obras, se tratará entonces, de reapropiarnos de la singularidad de esos tres puntos de vista originales del proceso de subjetivación : Sujeto de lo carnal et « inconciente primero » (Cahn) ; oscilación histérico-depresiva y melancólica de base (Richard) ; trabajo del intercambio pasivo/activo y acceder a un « dejar hacer por los significantes » (Penot). El acento será puesto sobre la función central de lo real del cuerpo sexualizado. El cual parece en algunos aspectos subestimado por estos autores (primera parte del articulo publicado en el numero precedente). En segundo lugar y en la segunda parte del articulo (publicado aqui), las opciones que hemos retenido nos llevan a examinar la relación del sujeto a sus potencialidades reales que lo constituyeron como sujeto social y cultural ; asi como el trabajo de auto-creación y el de sublimación (s) consideradas como esenciales a la liberación de lo pulsional. Si el sujeto en cuestión es un « Yo-Sujeto », de los puntos de vista clínicos resulta una tensión entre dos intencionalidades : Una al nivel del yo (funcional y narrativo) y la otra al nivel del sujeto (dividido y confrontado a la castración).
Para abordar el trabajo durante la adolescencia en la noción de subjetivación, cabe interrogar la especificidad del sujeto en cuestión y todo lo que está en juego en los procesos que han sido puestos en evidencia. Y ello a partir de tres obras, se tratará entonces, de reapropiarnos de la singularidad de esos tres puntos de vista originales del proceso de subjetivación : Sujeto de lo carnal et « inconciente primero » (Cahn) ; oscilación histérico-depresiva y melancólica de base (Richard) ; trabajo del intercambio pasivo/activo y acceder a un « dejar hacer por los significantes » (Penot). El acento será puesto sobre la función central de lo real del cuerpo sexualizado. El cual parece en algunos aspectos subestimado por estos autores. En segundo lugar y en la segunda parte del artículo (que será publicado en el siguiente número de la revista), las opciones que hemos retenido nos llevan a examinar la relación del sujeto a sus potencialidades reales que lo constituyeron como sujeto social y cultural ; asi como el trabajo de auto-creación y el de sublimación (s) consideradas como esenciales a la liberación de lo pulsional. Si el sujeto en cuestión es un « Yo-Sujeto », de los puntos de vista clínicos resulta una tensión entre dos intencionalidades : Una al nivel del yo (funcional y narrativo) y la otra al nivel del sujeto (dividido y confrontado a la castración).
El advenimiento de A. Rimbaud como autor se hace muy temprano, cuando a penas tenía diecisiete años. El fué atrapado en una dialéctica del reconocimiento en el cual el protagonista és G. Izambard, primer lector de su poesía. El reconoce el valor y funciona como un heraldo sin esquivar el encuentro con el adolescente en sufrimiento .
El sabe mostrarse presente pero también retirarse si necesario, y nunca revindicará ningúna gloria de haber conocido a A. Rimbaud. El és el testigo tranquilo a lavez de las turbulencias de un adolescente y del nacimiento de un poeta. Retomar la dinámica del enlace y desenlace de esta relación presenta un gran interés para pensar la clínica del adolescente.
El sujeto del inconciente y el colectivo entretienen relaciones substanciales, son el uno para el otro como el derecho al revés. El paso de uno al otro de hace se hace como sobre una bande de Mœbius, dónde no se puede distinguir un interior de un exterior. Si el sujeto del inconciente es el efecto de la leyes del lenguaje, no se queda sin tomar la coloración de producciones colectivas y los montajes institucionales quienes por un cierto agenciamiento colectivo del discurso y de las enunciaciones producen canales y les atribuyen modalidades de expresión específicas. El cuento y el sueño. Tal como se pueden parecer el uno al otro y desplegrase en una palabra singular aparecen como los medios privilegiados para exprimir esta articulacion de lo singular a lo colectivo. La ilustración es hecha aqui a partir de un encunetro clínico de investigación en un contexto cultural de tradición oral con una jóven muchacha de once años contando las marcas de un destino por los signos de un destino soñado.
Bajo este titulo se trata de proponer una teoría general del vínculo social ; la cual debería permitir de interrogarse acerca de la manera en que un sujeto consigue establecerse a vivir junto a otros individuos sin renunciar a su singularidad y sin poner en peligro el vínculo social. Es el momento lógico de la solución que nosotros calificamos de « momento adolescente » ; a partir del cual intentamos proponer una problemática y de hacer una extracción de las condiciones de las posibilidades.
¿Como un adolescente puede entrar en política en el sentido propio del término ? El amor de los ideales el cual se manifiesta brutalmente en este periodo de la existencia, es probablemente la causa más determinante. Todavía falta precisar los componentes de este amor y las diferentes categorías de los ideales concernidos. Lo que Freud no ha hecho más que esquizar en la segunda parte de su obra. Entonces, nos apercibimos que el acceso a la política supone a la vez la adhesión a los ideales los más universales y el respeto de los ideales narcísicos parciales o sociales que impone la existencia. Es entonces una fuente de conflictos permanentes y el adolescente no puede ocuparse de ellos a nivel colectivo de otra manera que entrando en el discurso político en el sentido mas largo. Considerando los ideales y llamándolos por su propio nombre sin ocultarse sus propios limites. Es por este camino que el lo retoma por su cuenta y se comporta en sujeto un sujeto necesariamente dividido entre sus imperativos contradictorios pero que toma el riesgo de proponerse a partir de sus propias convicciones.
Por una parte las instituciones de adolescentes, reciben todo tipo de solicitaciones, de otra parte, la extensión de la delincuencia tiene como efecto la socialización del crimen. En consecuencia, el terapeuta puede ocuparse de situaciones que se encuentran y cohabitan tanto en lo penal, como en lo social y en lo clínico. Así fue el caso de un joven criminal que recibimos. De parte la complejidad de la practica clínica, el terapeuta debiendo poder responder de una eventual recidiva, aquí se da cuenta de la opción clínica tomada, la cual privilegia el fantasma mas que la pulsión. Es la manera que nos parece lo más honesta para asumir nuestra responsabilidad social.
Adolescence, 2013, 30, 4, 945-956.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7