El concepto de fantasma originario, no ha conocido reales desarrollos teóricos en la obra freudiana. Esos fantasmas originarios presentan sin embargo un interés considerable puesto que ellos instancian una concepción del real original. La literatura analítica muestra que a menudo son confundidos con las teorías sexuales infantiles. Aquí se trata de entender el valor particular al nivel de lo que en la adolescencia esta marcado como la reactualización de un gozo primordial aquella de la carne que esta fuera de la ley fálica. Un tel análisis lleva a interrogar la histerizacion adolescente en las dos vías de sexuación que ella funda y que se soporta justamente gracias a una dimensión fantasmática originaria orientada hacia la contenencia por la joven mujer, hacia la contestación de la demanda de otro por el joven varón.
A partir del caso de una adolescente prácticamente imposible de » colocar » en un centro de atención médica de emergencia, el autor desarrolla una lectura de los trastornos narcisistas primarios basados en un trastorno de la construcción por el sujeto de la imagen psíquica materna. Dentro de esta relación, el cuerpo propio y el cuerpo del otro cumplen entonces una función de » continentes « , suscitando ante los tabúes una respuesta en acto, no en el lenguaje. El tratamiento de este tipo de adolescentes requiere reconstruir, mediante la transferencia, una imagen materna interiorizada y, por ende, hacer del cuerpo arcaico un cuerpo inscrito en el lenguaje y en los significantes.
A partir de un trabajo efectuado con un un adolescente sumergido en la violencia de luchas inter-étnicas, quién se volvió guerrero a la edad de diez años, inmediatamente después del asesinato de su familia por parte del clan adverso ; los autores analizan la realización de este acto en la realidad de la muerte del padre y sus efectos sobre el sujeto en el vínculo social. Suscitando así la reflexión sobre las interrogantes que suscita la violencia de los jóvenes de nuestra modernidad como “ réelisation ” (materialización) de la muerte del padre.
Basandose en un caso clÌnico, el autor trata de mostrarnos como la homosexualidad adolescente, particularmente la femenina, (que ha interrogado la corriente psicoanalÌtica) puede ser considerada como una via normal de descubrimiento de los placeres corporales durante el acto sexual llevado a cabo en el periodo de la pubertad. Ello conduce al autor, a interrogarse sobre las consecuencias de los discursos sociales en boga a propÛsito del pasaje de vida que constituye la adolescencia ; y por consecuencia sobre el lugar acordado en la modernidad y postmodernidad a la homosexualidad experimentada y no ´ sublimada ª ; asÌ, S. Freud lo planteaba como una de las formas posibles de vÌnculo social.
Diferenciando en primer lugar, las diferentes formas del espacio urbano (calles, pasajes, etc) y en función de los usos históricos o presentes y en segundo lugar la vivencia diferenciada del espacio público en los diferentes periodos de la vida (de la infancia a la edad adulta); el autor postula la hipótesis que nuestro urbanismo moderno, no permite más al adolescente de realizar el paso entre la vivencia infantil de la calle (marcado por una especie de sueño interno) y la vivencia adulta (marcada por la diferenciación y la nominación). Los adolescentes, entonces tratan de revivir ese pasaje entre lo intimo y lo público, pero no encuentra respuesta en los lugares anónimos de la modernidad salvo en aquella de la estigmatización como respuesta a una búsqueda desesperada de reconocimiento.
A partir del trabajo con una paciente que se escarifica, los autores proponen una lectura de los pasos al acto sobre el cuerpo como una tentativa de construir un objeto del deseo dicha tentativa es diferenciada según las prácticas. Las escarificaciones, proceden a esta operación por el corte,mientras que el percing, sostiene esta a travez la exitación pulsional ; lo cual traduce, una relación diferenciada del sujeto al otro.
El apoyo del padre edipico, aparece en la clínica actual del adulto y del adolescente como un dato fuertemente presente. El autor analiza la relación al padre como un rechazo del pasaje pubertario que necesita de provocar una decepción en el padre para luego servirse mejor de ello a la edad adulta en sus vínculos con el placer y la satisfacción. El vínculo social actual que hace del padre y de su decadencia el centro de la « transformación » del mundo, constituyendo así un impase para el sujeto en su paso a la edad adulta.
Apoyándose sobre la cura de un adolescente, el autor interroga un descubrimiento fundamental que se produce durante el periodo de la adolescencia: Se trata de la feminidad en si misma la cual es hasta ese momento ignorada por el sujeto tanto varón como mujer. Esta feminidad se inscribe para el sujeto fuera de lo que lo ha constituido estando niño como un ser sexuado. La sexualidad infantil se apoya en la primacía del falo el cual delimita las relaciones con los demás. El adolescente bajo la influencia del advenimiento de la pubertad viene a negar la primacía de lo fálico como instancia de regulación de la relación al mundo, como el límite de la sexualidad y como el límite del goce. Es mas allá de la dimensión fálica la cual corresponde a la feminidad en si y constituye a un modo de gozo que no esta enteramente marcado por el limite fálico. Ello es un pasaje obligado por la lógica inconsciente para poder constituir una relación amorosa heterosexual. Encontrarse con la diferencia, aquella que resume todas las diferencias conlleva dificultades para los adolescentes. Este desvío hacia lo femenino constituye una enrancia necesaria pero puede ser también la causa de enrancias sociales y psíquicas importantes para los jóvenes.
Partiendo de los estudios sobre Schreber, el autor pone en evidencia el aspecto particular de la relación paranoica hacia el Otro y los otros. El otro quiere algo de mí como una estructura de las relaciones interhumanas en el mundo actual organizado por el liberalismo. Esta relación paranoica hacia el prójimo construye un modalidad del relación al acto el cual propone una realización total del placer la cual no esta únicamente limitada por la impotetencia : por ello el sujeto se halla inscrito en una relación al otro hecha de violencia frente los impedimentos del gozo que impone toda una vida en sociedad y las relaciones interhumanas se trasforma en violencia como el otro que persigue. Los adolescentes atestiguan que no pueden más de ese mundo de vínculo social.
El tiempo psíquico del adolescente, confronta necesariamente al sujeto a una des-idealización de los dioses infantiles; aquellos que el niño se crea del hecho de su dependencia fundamental. Sin embargo, el líen social post-moderno ha cambiado el estatuto de los dioses sociales, haciendo de la pasión mística adolescente una encarnación en la realidad de Dioses que simbolizan un yo ideal, en conformidad con la divinización humana que prona el liberalismo post-moderno y dejando del lado así, la “ Asunción ” simbólica de ellos bajo la forma de un ideal del ego interiorizado. La pasión mística del adolescente, toma nuevas formas como atestigua la sicopatología actual del adolescente.
Adolescence, 2008, T. 26, n°1, pp. 9-21.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7