La llegada de la pubertad, confronta los adolescentes a un segundo conflicto estético y ofrece una segunda oportunidad a la re-elaboración de la identificación adhesiva. Esta regresión parcial o mayor, puede reactivar nucleos autistíticos. Los cuales si llegan a elaborarse favorisan el desarrollo y todo ello gracias a la constitución de un contenedor psíquico de los contenidos emocionales. En el caso en que la re-elaboración de la identidad adhesiva y del conflicto estético no se pueda hacer conjuntamente ; el adolescente puede bascular hacia la patología : adicciones diversas, defensas esquizoides y/o autísticas. El pasaje de la bidimensionalidad hacia la tridimensionalidad o cuadridimensionalidad no se puede organizar.