En el marco de un tratamiento en dos tiempos (familiar durante la infancia e individual durante la adolescencia) analizaremos el caso de Julien, el único hijo entre sus hermanos ha haber sido contaminado por el VIH de su madre. Nos aplicaremos a comprender la génesis de un odio entrabado así como también el proceso de melancolización de la transmisión, que es el testigo de la destructividad que ocupa la plaza del odio.
Los autores estudian la función de la mirada y las vicisitudes clínicas en la confrontación del adolescente a lo real de lo sexual, a partir de dos casos clínicos en el cual la mirada viene a cristalizar el trauma después de la confesión al otro de una transgresión sexual.
La mayoría de las interrogantes formuladas por los adolescentes seropositivos que participan en nuestro grupo de palabra atañe al secreto que envuelve las contaminaciones. Este secreto genera escisiones y rechazos que protegen en un primer momento tanto al adolescente como a la familia en su conjunto. Sin embargo, cobra rápidamente un poder de atracción que aspira las cargas emocionales, estructurando así un polo hacia el cual convergen las resistencias del discurso, y que cristaliza el dispositivo de defensa en una figura organizadora de repetición y de homeostasia. Los mecanismos de la denegación y de su transmisión han sido ampliamente estudiados en el plano transgeneracional. Empero, las situaciones de grupo o de entrevista familiar nos invitan a prestar atención a otro tipo de mecanismos, es decir, a las formaciones y los procesos psíquicos implicados en las dinámicas intergeneracionales
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7