La ley paternal, fundada sobre lo prohibido cede a una presencia maternal orientada más que nada sobre la confianza y propicia al hedonismo. La adolescencia contemporánea, es un mundo marcado por la madre por la ausencia de límites, es regresivo. La inquietud de perder la cara de sentir la vergüenza o la responsabilidad frente a los contemporáneos no esta mas al orden del día. Al contrario, los adeptos del Jackass o del happy slapping son perfectas ilustraciones de un individualismo contemporáneo y de la indiferencia al otro. El yo esta sin el otro a quién podría rendir cuentas.