La amenaza externa de desaparición de la naturaleza pondría a la luz otra amenaza interna de la pérdida del objeto durante la adolescencia. En ausencia de un soporte externo que alimenta el objeto interno surge lo irrepresentable que produce el objeto en el seno del YO. La movilización de los procesos subyacentes por una preservación permitiendo la reinversión del objeto sexual; conlleva al indispensable soporte narcisismo necesario al “sentimiento de existencia” de adolescencia.
La construcción de las representaciones procede a la vez, de la influencia de las representaciones-meta que se forman para algunos durante la infancia y de una transformación consecutiva a las experiencias pasadas, actuales y por venir. La inscripción del adolescente bajo la dominación de lo genital provoca una renegociación de esas representaciones que se manifiestan en la obra del proyecto tal cual se presenta a el. El dispositivo terapéutico puede significar la importancia de la instauración de una matriz que promueve ese trabajo de recuperación por el pensamiento. Ciertos episodios de la vida de Messi, quien es un futbolista de renombre sirven de hilo conductor a este estudio.
La violenca conlleva una dimensión mortífera. Niega la subjetividad de quien la sufre, pero también refleja especularmente una amenaza sobre la subjetividad de quien la ejerce. Así, puede ser vista como una reacción primaria de defensa por parte de una identidad amenazada. Tanto la experiencia de la vida institucional en el ámbito psiquiátrico como las psicoterapias de los sujetos que padecen trastornos del comportamıento constıtuyen un terreno privilegiado de observación.
La adolescencia es una etapa de la vida propicia a las expresiones de la violenca, dada la naturaleza de los cambios psíquicos impuestos por la pubertad. La relacíon terapeútica debe tomar en cuenta dichas particularidades del funcionamiento psíquico de los pacientes violentos.
El espacio terapeútico puede ser visto como una figuración del espacio psíquico interno de dichos pacientes, y su reorganización como un medio para tornar tolerables las relaciones que les son tan necesarias. Las mediaciones y la concretización de una función tercera ocupan un sitio esencial en dicha reorganización.
Para los adolescentes cuyo sistema anti-excitación no funciona debidamente, la escritura no puede cumplir con su función económica. Ciertos pacientes describen minuciosamente el entorno de escritura, antes de alucinarlo negativamente durante un largo período : dicho entorno figura en la realidad externa las huellas mnesicas de las modalidades de disfuncionamiento de los mecanismos anti-excitación maternos, que se sitúan para empezar en la calidad de los primeros intercambios con la madre. Dicha figuración contiene potencialmente la interpretación futura. El fenómeno se ve acompañado a veces por un recubrimiento lateral de la transferencia hacia el marco. Mientras permanezcan presentes la cuestión económica y el riesgo de descompensación, debe respetarse el apuntalamiento, hasta que llegue el momento de la representación.
El término resiliencia parece tener un valor heurístico en el estudio de patologías post-traumáticas. Recuperado de la epistemología de las ciencias físicas, donde dicho término califica la resistencia de los metales a los choques. Nosotros, proponemos pensar los procesos resiliantes en psicopatología clínica como organizadores psíquicos capaces de promover la representabilidad del traumatismo. La capacidad de resistencia de una víctima se comprende dentro de la lógica de la economia la cual, busca una convergencia entre los compromisos objectales, las envolturas psíquicas primarias y la inscripción psicosensorial de los datos de la experiencia al origen del trauma. La promoción de la perennidad de la organización sensorial parece constituir la base de los procesos resilientes incluso antes de la escenarización fantástica. Así, se puede percibir al trauma psíquico como un equivalente de la escena inicial, en la cual el dolor es un signo tanto de destrucción como de reparación (ciertamente dolorosa) de las envolturas formales del vínculo objeto/sujeto.
La caducidad de la experiencia traumatógena a través del escenario fantasmático reemplaza el exceso de lo real que paraliza a la víctima. Esta necesaria travesía de lo sensible traduce un lastraje del trayecto psíquico preliminar al trabajo de reflexión del trauma.
A la manera de la imágen de un sueño, el tatuaje es antes que nada, la expresión gráfica de la producción psíquica del sujeto. El tatuaje voluntario es un acto de lenguaje que se encuentra entre una escritura la cual se aproxima de los geroglíficos y sus simbolizaciones y el discurso hablado.
La representación substitutiva y la imágen inscrita sobre la piel adquiere un valor de sucedáneo del mundo interno del sujeto que no está necesariamente metaforizado. La exitación pulsional está en búsqueda de representaciones. Cuando estas ultimas funcionan mal, la incrpción de una imágen sobre la piel puede ser considerada como teniendo valor de una función substitutiva. En medio camino, entre la representación psíquica y el objeto externo en un entre dos que no está ni completamente dentro pero tampoco fuera.
Para Nicolas ; su tatuaje como el escudo de Persée muestra la vision de un Otro que podria hacerle acordar la diferencia de sexos ; sintiendose así protegido de su temor de quedarse paralizado a causa de su propia angustia de castración paralizante. Era una función metapsicológica para abordar el vacio representacional en el cual temia ser aspirado y para proteger su yo corporal y por la misma ocasión derrumbarse, renforzando su sistema de refulamiento precario.
El color de la piel es un elemento que se toma muy poco en cuenta en el trabajo terapéutico. La psicoterápia de Denise, una jóven antillesa de ventidos años, muestra como su color en articulación con la especificidad de su historia ha procurado efectos psíquicos profundos, en particular al nivel de la relación a la madre y de su construcción narcísica.
Se estableceran vínculos entre dichas observaciones tomando en cuenta la vivencia psíquica del color de la piel en las antillas y el pasado historico particular de esta región del mundo que ha conocido la trata y el esclavagismo.
El héroe a la adolescencia surge regularmente en la clínica y en la literatura. El Infans, aparece como una figuración necesaria de la identidad hibrida del adolescente pasaje necesario para deshacerse del yugo. Ello implica la muerte simbólica particularmente heroica. El paso al acto debe comprenderse como una búsqueda de simbolización de dicha muerte.
Adolescence, 2013, T. 31, n°2, pp. 393-407.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7