Recibo a Alí en mi calidad de médico, para una exploración respiratoria. Durante la consulta, este joven de 25 años va a contarme su malestar y su miedo al sida. El hecho de poner sobre la mesa los significantes, gracias al dispositivo del “ instante de decir ” –esa postura ética que consiste en escuchar a Alí refiriéndome al método analítico–, me condujo a relacionar su miedo al sida con el de su hermano Saïd, punto nodal de la red asociativa de su discurso. En el marco de una medicina tecnocientífica cada vez más deshumanizante, la psicopatología clínica y el psicoanálisis tienen por vocación restaurar la función y el valor éticos de la enfermedad y de su tratamiento