Es en un contexto paradójico que se inscribe el proceso de adolescencia. El sujeto se confronta con una intensidad muy particular a los efectos de la dependencia y a la exigencia de autonomía. Esta tensión, suscita una expresión de emociones que el sujeto debe controlar. La búsqueda de sensaciones puede representar una de las modalidades. La consciencia reflexiva es muy determinante para preservar al sujeto de las consecuencias de una polarizacion destructiva.
Adolescence, 2014, 32, 4, 695-703.
The context of the process of adolescence is paradox. The subject is confronted in a particularly intense way with the effects of dependence and the requirement of autonomy. This tension causes a resurgence of emotions that the subject must deal with, and the quest for sensation may be one way of coping. The reflective consciousness will be crucial in shielding the subject from the consequences of a destructive polarization.
Adolescence, 2014, 32, 4, 695-703.
C’est dans un contexte de paradoxalité que s’inscrit le processus d’adolescence. Le sujet est confronté avec une intensité toute particulière aux effets de dépendance et à l’exigence d’autonomie. Cette tension suscite une résurgence d’émotions que le sujet doit gérer et la quête de sensations peut en représenter l’une des modalités. La conscience réflexive est alors déterminante pour préserver le sujet des conséquences d’une polarisation destructive.
Adolescence, 2014, 32, 4, 695-703.
La violenca conlleva una dimensión mortífera. Niega la subjetividad de quien la sufre, pero también refleja especularmente una amenaza sobre la subjetividad de quien la ejerce. Así, puede ser vista como una reacción primaria de defensa por parte de una identidad amenazada. Tanto la experiencia de la vida institucional en el ámbito psiquiátrico como las psicoterapias de los sujetos que padecen trastornos del comportamıento constıtuyen un terreno privilegiado de observación.
La adolescencia es una etapa de la vida propicia a las expresiones de la violenca, dada la naturaleza de los cambios psíquicos impuestos por la pubertad. La relacíon terapeútica debe tomar en cuenta dichas particularidades del funcionamiento psíquico de los pacientes violentos.
El espacio terapeútico puede ser visto como una figuración del espacio psíquico interno de dichos pacientes, y su reorganización como un medio para tornar tolerables las relaciones que les son tan necesarias. Las mediaciones y la concretización de una función tercera ocupan un sitio esencial en dicha reorganización.
La rapidez de los cambios sociales actuales nos obliga a interrogarnos en torno a aquello que funda el ingreso a la vida adulta. Ser adulto parece una modalidad de funcionamiento psíquico, sujeta a fluctuaciones, antes que un estado. Dicho modo de funcionamiento se refiere menos a un ideal absoluto que a las potencialidades de un sujeto dado dentro de un contexto dado. Por lo tanto, radicaría en la capacidad del yo para dar cabida a lo sigue siendo infantil en cada uno de nosotros y para permanecer en contacto con ello, sin verse ni rebasado ni amenazado.
The swiftness of present social changes compel us to question what grounds the entrance into the adult world. To be an adult seems far more a new modality of psychological functioning, liable to quite a few unpredictable changes, rather than a state as such. Such a functioning does not so much refer to an absolute ideal than to the potentialities of a given subject within a given context. It would thus reside in this very capacity of the ego to welcome and be in contact with what remains of the infantile in everyone without being overwhelmed and threatened.
Aquí se trabaja el vínculo objetal infra-representacional distinguido al nivel de representaciones diferenciadas de objeto (relación de objeto) ¿ Como ser sí mismo, si por ser sí mismos hay que a la vez ser como el otro y diferenciarse del otro?. Esta contradicción inherente al desarrollo que hace violencia al adolescente no puede ser pensada que luego del paso por dicho periodo. Es por que el adolescente ha podido aceptar de alimentarse de los otros que el puede separarse y sentirse cada vez más sí mismo. Trabajando la calidad de las bases narcícicas el autor utilizará el modelo del apego y del autoerotismo en su función de re-interés libidinal.
La dialéctica es aquella de los recursos internos y de los recursos al mundo externo perceptivo motor cuya mision es de desarrollo, en particular, a travez de una reapropiación de la realidad interna.
Los seres humanos tienen una competencia natural a criar sus niños, si no la humanidad no existiria más. Sin embargo, es verdad que la evolución social reciente, hace que esta función sea más compleja o más dificil. La liberalización de la sociedad occidental, ha hecho perder en parte un cierto consensus sobre las reglas educativas, las cuales se interponian como entidad de tiercerización entre los deseos de los padres y el de los niños. Esta pérdida benéfica sobre muchos aspectos, tiene el inconveniente de suscitar un vinculo de tipo incestual entre los partenarios asi como también de favorisar una relación de tipo narcísica entre ellos ; borrando los limites. Lo que diferencia el niño y el adolescente es aquello que escapa al deseo de los padres ; es decir todo lo que es del orden de la oposición, de la insatisfacción, de la provocación y potencialmente de la destructividad. « Eso soy yo » puede decir la jóven por que ello pone el adulto en dificultad y en la impotencia y permite al jóven de escapar de la angustia de abandono por que el inquieta asi como también a la angustia de fusión y de intrusión que podria suscitar el placer compartido.
Sin embargo, la invitación hecha a los padres por comprender las relaciones emocionales con sus hijos, no deberia paralizarlos en sus acciones y en su espontaneidad y renfuerza una situación de espera hacia sus hijos a quienes se les pediria de dictar su educación a los propios padres tomando dalguna manera su lugar. Parece ser mas favorable el hecho de liberar la confianza y la capacidad de ser padre disuadiendoles de querer controlar todo y de culpabilizar si aparece una dificultad. Sin embargo, toda dificultad durable que impide al jóoven de alimentarse de lo que es necesario a su desarrollo y que renfuerza una dependencia patógena al adulto señala la necesidad de oponerse para diferenciarse en detrimiento del desarrollo de sus competencias. Ello implica a veces de poner un límite firme por los padres al comportamiento destructor y una apertura hacia terceras personas para salir de la confrontación estéril.
Here we work on the infra-representational object linking distinguished at the level of differentiated representations of the object : how to be oneself ? To be oneself, is it necessary both to be like the other and different from the other ? This contradiction inherent to development, which does such violence to the adolescent, can only be thought of after the fact. It is because he could accept to be fed by others that he can detach himself from them and feel more himself. Working on the quality of narcissistic bases, the author will use models of the attachment of auto-eroticism in its function of libidinally reinvesting control. It is a dialectic between internal resources and recourse to the peceptivo-motor external world, the purpose of which is developmental, especially through the counter-investment of internal reality.
Human beings have a natural ability for raising children, otherwise humankind would cease to exist. But it is true that recent social evolution makes this role more complex, if not more difficult. The permissiveness of western society has partly removed a certain consensus about the disciplinary rules that once intervened as a third party between the desires of the parents and those of the children. This loss, while in many ways beneficial, has the disadvantage of giving rise to an incestual type of closeness between the partners and fostering a narcissistic investment between them, blurring the limits. What differentiates the child from the adolescent then is what escapes the parents’ desire, that is everything having to do with opposition, dissatisfaction, provocation and, potentially, destructiveness. « This is me », the youngster can say, because it puts the adult in a position of failure and impotence, allowing the youngster to escape from the anxiety of abandonment, because he causes worry, and from the anxiety of fusion and intrusion that shared pleasure can give rise to.
However, this invitation to the parents to « understand » their emotional relations with their children must not paralyze them in their action and their spontaneity, and reinforce the situation wherein the children are expected to dictate their upbringing to their parents, whose place they would then take, in a way. It appears more favorable to free their confidence in their own capacity for being parents, while dissuading them from wanting to control everything and from blaming themselves as soon as any problem arises. On the other hand, any lasting difficulty that arises which prevents the youngster from feeding on what he needs to develop, thus reinforcing a pathogenic dependence on the adult and the necessity of opposing in order to differentiate himself, to the detriment of the development of his abilities, cries out for both a firm limit set by the parents on destructive behavior and an opening towards a third party as a way out of this sterile confrontation.