El autor examina las condiciones de la transmisión explorando sus prerequisitos através una historia clínica: la distancia entre las generaciones, la capacidad de afrontarse a la pérdida, y a la alteridad y la actualisacion de un proceso exogamo; la organización de una triangulación.
Para esta pareja franco-ivoiriana que se encuentra en una gran soledad social y de elaboración, ser padres se vivía dolorosamente, en un mestizaje traumático que reclamaba un espacio transcultural. Este espacio, ha permitido de pensar la trayectoria de vida de cada quién, la inmigración, la confrontación de representaciones culturales (relativas a los niños, la parentalidad y la pareja…) pero también los vínculos y los lugares que se toma en el seno de la familia.
A través de éste trabajo, el autor trata de identificar los niveles de conflicto de la parentalidad en un contexto migratorio. El suliña la dimensión intra e intergeneracional de sus conflictos asi como también, el destaca las consecuencias de la ausencia de trazas a partir de las cuales los padres podrían entrar en resonancia con la adolescencia de sus hijos. El autor, trata de abrir esos conflictos del marco restringido de lo intrapsíquico para inscribirlos en un marco más global, interpersonal e interpsíquico que incluye el impacto del medio profesional y social. El propone consultaciones terapéuticas padres/adolescentes, abiertas sobre la red comunitaria como una alternativa al trabajo de restauración de la parentalidad y de las funciones parentales.
Los problemas ligados a la adolescencia o al fin de la adolescencia van a presentarse en términos de parentalidad ; Cada vez que los padres toman una cita que concierne su hijo . En esos casos parece importante que las intervenciones terapéuticas tomen en cuenta de lo que está en juego a la vez sobre el plan individual y sobre el plano de la relación entre los diferentes protagonistas. Un estudio crítico de ese modo de intervención será presentado. Abordando precisamente la posición del terapéuta o de los terapéutas en referencia al concepto de resonancia definido por Elkaïm.
La recomposición familiar es la ocasión de cambios múltiples individuales y grupales. Esos cambios, solicitan particularmente la parentalidad. Antaño la recomposición familiar sucedia al cabo de un deceso y tenia el rol de realizar una familia de substitución. Actualmente es una familia adicional y el niño a veces se encuentra confrontado a una verdadera « constelación parental ». Muchas veces es conducido a jugar un papel activo en los juegos complejos a los cuales se libran los adultos, y ello particularmente a la adolescencia. Asi cuando el hijo deja uno de sus padres para ir a vivir con el otro, el adolescente relanza lo anteriormente jugado entre los partenarios separados, al mismo tiempo que su sola presencia en el hogar recompuesto interroga fuertemente sobre la conyugalidad de la nueva pareja. Una crisis se desarrolla muchas veces con mas amplitud puesto que las tensiones son en la mayoria de veces mas actuadas que pensadas. Ello tiene consecuencias sobre las intervenciones terapéuticas basadas esencialmente y ello al menos durante el primer tiempo, sobre una clarificación relacional que debe ser rápida y breve. El riesgo de una explosión familiar asi como también de una nueva separación, es grande.
La experiencia clínica de la animación de grupos de palabra para los padres de adolescentes nos conduce hacia una reflexión que partiendo de la dinamica grupal y de lo que se sedimenta, se puede formular un abanico de hipotesis concerniendo el impacto psíquico que ocasiona en los padres el ingreso de sus hijos al periodo de la adolescencia. El grupo aqui es considerado como un lugar posible de apertura y de simbolización dónde los protagonistas se preguntan y operan un trabajo psíquico común sobre sus implicaciones.
Los seres humanos tienen una competencia natural a criar sus niños, si no la humanidad no existiria más. Sin embargo, es verdad que la evolución social reciente, hace que esta función sea más compleja o más dificil. La liberalización de la sociedad occidental, ha hecho perder en parte un cierto consensus sobre las reglas educativas, las cuales se interponian como entidad de tiercerización entre los deseos de los padres y el de los niños. Esta pérdida benéfica sobre muchos aspectos, tiene el inconveniente de suscitar un vinculo de tipo incestual entre los partenarios asi como también de favorisar una relación de tipo narcísica entre ellos ; borrando los limites. Lo que diferencia el niño y el adolescente es aquello que escapa al deseo de los padres ; es decir todo lo que es del orden de la oposición, de la insatisfacción, de la provocación y potencialmente de la destructividad. « Eso soy yo » puede decir la jóven por que ello pone el adulto en dificultad y en la impotencia y permite al jóven de escapar de la angustia de abandono por que el inquieta asi como también a la angustia de fusión y de intrusión que podria suscitar el placer compartido.
Sin embargo, la invitación hecha a los padres por comprender las relaciones emocionales con sus hijos, no deberia paralizarlos en sus acciones y en su espontaneidad y renfuerza una situación de espera hacia sus hijos a quienes se les pediria de dictar su educación a los propios padres tomando dalguna manera su lugar. Parece ser mas favorable el hecho de liberar la confianza y la capacidad de ser padre disuadiendoles de querer controlar todo y de culpabilizar si aparece una dificultad. Sin embargo, toda dificultad durable que impide al jóoven de alimentarse de lo que es necesario a su desarrollo y que renfuerza una dependencia patógena al adulto señala la necesidad de oponerse para diferenciarse en detrimiento del desarrollo de sus competencias. Ello implica a veces de poner un límite firme por los padres al comportamiento destructor y una apertura hacia terceras personas para salir de la confrontación estéril.
La parentalidad puede ser considerada como un proceso en gran parte inconsiente que partiria de los fundamentos arcaicos primordiales y se acabaria por el pocisionamiento de un lien social. Ella permite (evitando el riesgo de un sistema de lien parasitario) el desarrollo de los partenarios en inter-relaciones, la triangulación edipica y la construción de una identidad sexual. A un nivel mas organizado, el procesus de parentalidad favorsa el acceso a la sublimación, a la socialización y a la creatividad.
Este artículo trata de mostrar que la noción de parentalidad emerge en un contexto de evolución histórica, en que el lien social tiende a autoreproducirse mas alla de los sistemas tradicionales de parentesco. Ello debe ser seriamente discutido puesto que se corre el riesgo de olvidar la concepción psicoanalítica del conflicto pulsional del edipo, asi como, la centralidad de la interpretación de la transferencia en la cura analítica. Una primera parte trata las modalidades actuales de « malestar en la cultura ». Enseguida son estudiados ciertos avatares de la subjetivación casos limites que se racionalizan en un discurso sobre la parentalidad. En conclusión parentalidad y parentesco, son dialectizados gracias a una perspectiva antropológica.
El concepto de parentalidad es discutable puesto que no toma en cuenta la diferencias entre las crisis parentales maternales y paternales especificas que cada uno de los dos padres atravieza a la ocasión de un nacimiento. El contenido de esas crisis es descrito en sus grandes lineas.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7