No hay ninguna evidencia de la cura bajo contrato, sobre todo en las formas severas de anorexia. Sin embargo, lo que parece necesario es el de contar con un dispositivo para enmarcar el odio. El dio de sí y el odio del otro, lo cual conlleva la característica de sentirse más, exprimirse; tomando así la vía de lo corporal para lo cual el marco contractual constituye una respuesta que aun es pertinente para sobrellevar la prueba.
La ausencia o la porosidad de los vinculos a los objetos de la infancia, fisura la potencialidad de identificación en el adolescente, sumergiendolo en un insostenible e inquietante sentimiento de extrañez de su Yo. El dispositivo psicoterapéutico, permite al paciente de exprimir su odio hacia su madre o a su padre, y ello en una relación de transferencia sobre el psicoanalista dando asi una posibilidad de encuentro a un otro identificadi como «extranjero», suficientemente diferente (sexualmente) y diferenciado (narcisicamente).
El autor desarrolla conceptos de J. Lacan para revisitar ciertos hechos clínicos sobresalientes durante la adolescencia, autor del enamoramiento del vinculo amor/odio. La temporalidad adolescente, es aclarada con los tres tiempos lógicos, elaborados por J. Lacan, incluyendo las repeticiones de las fases del enamoramiento del adulto que reapertura el ciclo de problemáticas adolescentes. Esta fase juvenil, también es el tiempo de la transmisión.
El asesinato colectivo de periodistas sirve como un punto de partida al análisis del fanatismo, sus modalidades y su contextualización social en la Europa moderna descendiente de las luces. Intentaremos mostrar que la desvinculación con la enfeudación del estado hacia lo religioso está basada en principios provenientes del humanismo. Nosotros discutiremos la noción del desarrollo del sentido moral en el niño a partir de remarcas provenientes del psicoanálisis y evocamos los vínculos entre estilo y posición psíquica del ángulo de la paranoia.
Al mismo tiempo que se señala como el grupo Nirvana ha logrado cristalizar el malestar y el furor latente de toda una generación adolescente, el autor se concentra sobre la influencia muy particular de las tonalidades melancólicas de la voz de Kurt Cobain. Si esta voz blanca ha enormemente contribuido a los poderes de auto-afectación y de captación que emanaban de las melodías musicales de ese grupo grunge, lo cual no sería posible sin un vínculo con la presencia escondida de un compañero imaginario, Boddah, quien habría tenido una parte activa en el destino fatal del artista.
En referencia a las elaboraciones hechas con Ph. Gutton sobre la inspiración democrática durante la adolescencia proponemos de analizar las dinámicas de la cólera durante la adolescencia y su cristalización en el odio en ciertos jóvenes o « antiguos » jóvenes de barrios populares. Veremos cómo este odio puede ser instrumentalizado por los poderes que buscan el clientelismo o el integrismo.
Este artículo, describe una consecuencia desconocida del mal estar adolescente : los falsos señalamientos de maltrato. Una situación en la cual un hombre joven ha acusado con falsedad a su padre, el explica el sentido de este acto que será el corolario de una ternura sin piedad. Según el autor los jóvenes que lanzan una alerta tienen la necesidad de ser sostenidos por el adulto que denuncian.
En el marco de un tratamiento en dos tiempos (familiar durante la infancia e individual durante la adolescencia) analizaremos el caso de Julien, el único hijo entre sus hermanos ha haber sido contaminado por el VIH de su madre. Nos aplicaremos a comprender la génesis de un odio entrabado así como también el proceso de melancolización de la transmisión, que es el testigo de la destructividad que ocupa la plaza del odio.
Etapa decisiva en la construcción del niño, el odio exprime una destructividad que sobrepasa la resistencia inicial a la autonomía. Freud lo ilustra por medio del Fort-Da en el cual el niño ejecuta y luego sobrepasa su pulsión de control. Y D. W. Winnicott insiste en el rol crucial de la madre durante esta etapa en la cual el odio se dirige hacia ella. Para Freud, como para D. W. Winnicott, el odio esta al origen del pensamiento : sin odio no hay separación ; y sin separación no hay construcción del cuerpo y de la psiquis.
El odio como signo de un disfuncionamiento de un pictograma de la pubertad en el cual el identificador « infantil » esta disociado del identificado « la pubertad ». El control de lo infantil en exceso es fuente de este afecto primario que se puede ubicar a un nivel psicopatológico del « breakdown lauférien ».
Adolescence, 2015, 33, 2, 323-329.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7