En Casablanca como en otros sitios en el mundo, los niños y adolescentes viven en la calle. Ellos están bajo el yugo de un pasado traumático y un avenir incierto. El encuentro con esos niños y adolescentes « exiliados afuera » nos ha permitido de poner en evidencia las repercusiones del medio carente y traumático del cual ellos intentan escapar exiliándose en la calle. Ello les asigna a una representación de extranjero inquietante, peligroso y es desconsiderado y votado. La calle se transforma en la escena de la expresión de la falla del medio, el lugar de sobre vivencia y de la experiencia de lo intimo y de lo colectivo.
Adolescence, 2013, T. 31, n°3, pp. 531-540.