Los mundos virtuales describen un imaginario de la trascendencia en las cuales las corporeidades caen en el éxtasis de la vacuidad y la interconexión generalizada en las cuales los órganos artificiales tienen una función heurística en la cual se esta en espíritu y tele-presencencia trasportados por los nirvanas electrónicos en estimulaciones simuladas, en la cual la vida virtual resuena de promesas de inmortalidad. Nuestros avatares, principales operadores de trasporte estaticote en los paraísos virtuales nos imponen una reflexión mas amplia sobre la noción misma del cuerpo la cual se difracta en su relación al imaginario corporal. A través de los avatares, reformulamos a la vez el proyecto de lo vivo en el de una súper-vida y aquel de la trascendencia espiritual en la programación técnica de una alucinación consensual que trasciende las fronteras de lo corporal.
Adolescence, 2009, T. 27, n°3, pp. 631-643.