La adolescencia es un momento de gran vulnerabilidad de la identidad a causa de disturbios internos causados por la erupción de la pubertad y las consecuencias reales de su economía psíquica. Esta identidad es inconcebible sin una reunión obligada para cualquier adolescente con la cuestión de la muerte y de su resultado. El autor intenta examinar cómo en una sociedad moderna mélancoliforme el adolescente, que está en presa de esplín de Baudelaire (spleen de Baudelaire), está poniendo a prueba su capacidad para sobrevivir a la experiencia de confrontación con la muerte, que depende de su devenir adultos psíquica.
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DONARD VERONIQUE: TERESITA DE LISIEUX O LA SUBLIMACION DE LAS PULSIONES MORTIFERAS
Este artículo trata de algunos aspectos del mundo fantasmático de santa Teresita del Niño Jesús durante su preadolescencia y su pubertad. Muestra la presencia de conflictos psíquicos marcados por la muerte y por la violencia, así como por la fuerza de los afectos edipianos y una imposible sexualidad. Procura evidenciar que, si la realidad psíquica de Teresita se encuentra lejos de corresponder a la imagen edulcorada que de ella se tiene habitualmente, no deja por ello de revelar la calidad del trabajo de los instintos de vida y la fuerza de un admirable proceso de maduración, que supo transformar progresivamente una organización psíquica patológica y mortífera en una dinámica vuelta hacia la vida.
gianluigi monniello : comprender la vida y la muerte.
El autor propone algunas pistas de reflexión sobre el misterio y el fenómeno de la muerte. En efecto, conviene de distinguir, como lo habrían hecho los romanos, los mortales, los moribundos, los murientes y los muertos. Esta distinción es esencial para permitir de organizar la investigación sobre el vinculo intimo entre la concepción, lo originario y « miedo antico » fundándose de igual manera sobre una experiencia clínica. El autor señala que el concepto de identificación primaria es esencial para leer analíticamente la actividad psíquica especifica que llamamos trabajo interno. El moribundo tiende en efecto a formar con la persona que se ocupa del (último depositario de la transferencia) una última díada siguiendo el rastro de la relación inicial con su madre.