En el seguimiento psicoterapéutico transcultural de un adolescente menor, extranjero y aislado con los referentes medicales y los trabajadores sociales ; los terapeutas se ocupan del sufrimiento psíquico, los comportamientos y las exigencias del paciente en un contexto en el cual la escucha y la elaboración pueden hacerse respetando toda la complejidad y la multiplicidad de experiencias del paciente y ello, a partir de un material cultural y psiquiátrico el cual permite de evitar errores diagnósticos y clivajes frecuentes entre la cultura de origen y la cultura del país de acogida. Frente a una realidad externa hecha de incertitudes de precariedad y de aislamiento ¿ como es que se puede considerar el espacio psicoterapéutico sin que dichos aspectos invadan este espacio ? Cuándo el pedido de una evaluación diagnostica preside el seguimiento, ¿cuales son las repercusiones del diagnostico sobre el trabajo transcultural ?, y particularmente cuando el paciente manifiesta elementos delirantes evocadores de un desorden sicótico?
Adolescence, 2013, T. 31, n°3, pp. 541-550.