El transitivismo, es el modo de confusión entre si y el otro que atravieza el niño de tres a cuatro años y es también la fase de transición que caracteriza esta etapa de maduración psíquica. Las dificultades exprimidas por los adolescentes deportivos (tenis de mesa) atestiguan del regreso del fenómeno de transitivismo durante la adolescencia.
El autor muestra como esta perturbación es significativa de las elaboraciones psíquicas del « pubertario » enfrentado con la imágen especular. El ideal de sí que regula la identificación al otro, es la instancia que permite el paso desde el duelo con sí mismo hasta la competición con el otro.