Dos figuras de la clínica de la exterminación forzada de indígenas mayas de Guatemala inauguran esta contribución. Constatamos la proximidad que existe entre clínica individual e historia social con el ejemplo de Birahima, niño soldado de Libéria y de Sierra Leona, que pertenece a la literatura y a la historia ideológica del tiempo presente.
Dos maneras de abordar un proceso que se ampliará al ritmo de la marea de la pauperización y de la desimbolización que recorre el planeta. Las instancias internacionales establecen medidas jurídicas, pero el acompañamiento psicológico de niños y adolescentes ex-combatientes es aún infimo.