Archives par mot-clé : Gérard Pirlot

Laurent Branchard, Gérard Pirlot: the work of preventing sensorial impingement

The work of the negative in adolescence is here presented as contributing to alexithymia insofar as it entails an avoidance of a traumatic sensoriality. So adolescence may be understood not only as a reactivation of the Oedipus complex, but also as a risk of sensorial resurgence akin to that which occurs at the beginning of life. A treatment based on sensoriality is conceivable.

Adolescence, 2014, 32, 4, 835-846.

Laurent Branchard, Gérard Pirlot : le travail d’empêchement de l’effraction sensorielle

Le travail du négatif à l’adolescence est présenté comme une participation de l’alexithymie en tant qu’évitement d’une sensorialité traumatique. Aussi, l’adolescence peut se comprendre non seulement comme réactivation œdipienne, mais encore comme risque de surgissement sensoriel ressemblant à celui du début de la vie. Une clinique à partir de la sensorialité est alors à envisager.

Adolescence, 2014, 32, 4, 835-846.

Gérard Pirlot : subjetivación-acción en el caso de A. Rimbaud

A partir, tanto de la bibliografía como de la obra poética y de las cartas de África de A. Rimbaud, el autor propone tres hipótesis : primeramente, en una primera parte de su vida poética, la escritura de Rimbaud le sirve de reflexión y de refracción a la psiquis afín de crear un espacio tierce que el padre no supo o pudo ocupar frente a la omnipresencia maternal. En la segunda parte de su vida fue la vida en Africa lugar en el que había vivido su padre y « el derecho de irse » (Baudelaire) que serviría a esta « modalidad reflexiva », forma de « subjetivación-acción » que es lo propio de la adolescencia. En segundo lugar ; numerosas de las piezas poéticas de A. Rimbaud fueron, como P. Aulagnier lo muestra muchas proyecciones de una reconstrucción del pasado sobre el porvenir. Operaciones indispensables al narcisismo adolescente. En tercer lugar, el movimiento melancólico propio a la construcción subjetiva adolescente halla en la escritura poética (genialmente en el caso de Rimbaud y habitualmente en el caso de otros púberes y comprendiendo también las canciones) un objeto evanescente y constantemente a encontrar compulsionalmente en y a través de « un trabajo de escritura » confrontando este a un « trabajo de melancolía » del objeto primario perdido.

revue Adolescence, 2011, T. 29 n°4, pp. 913-926.

gérard pirlot : el placer culpable del remordimiento …o aquel de los dientes mordiendo el ojo del inconciente

Si, en el caso del paciente denominado, Didier, descrito por Bonnet Ha sido necesario todo un trabajo terapéutico, para que una vez consolidado las bases narsícicas podamos ver aparecer los remordimientos como punto de partida de un verdadero trabajo psicoanalítico. En el caso del paciente nevrótico, las cosas pueden ser diferentes. El remordimiento, desde un inicio, en efecto, muchas veces dá cuenta de un importante apego al imago maternal, lo cual va limitar toda posibilidad de una culpabilidad, subjetivamente asumida. Así, a partir de un ejemplo clínico de un sujeto en análisis y luego de haber comparado el remordimiento y el reproche y de haber evocado los vínculos entre el remordimiento y el auto-sadismo (sadismo narcísico). El autor, siguiendo en ello, las diferentes etimologías, francesa y alemana del término remordimiento trata de definir metapsicológicamente lo que ese término conlleva.
La economia pulsional del remordimiento parece ser la que mete en juego un sadismo oral mezclada a la pulsion scópica y de poder. Su dinámica, es aquella de un conflicto de fuerzas psíquicas que pueden ir de la percepción alucinatoria (cf. pesadilla) a la somatización (vertigos, estados segundarios, etc) o pasar por el acto . En fin su tópico es aquella de un clivaje del yo delante de la fuerza castratriz delsuperego maternal y totémico (ley del talion). En la regresión, sádica oral (canibalica) que la caracteriza, el remordimiento, es una forma de regreso del funcionamiento psíquico en la cavidad primitiva, descrita por Spitz, la cual sirve de receptaculo al self del yo. (las bases narcísicas de este). El sujeto sometido a sus remordimientos así como Cain y Edipo, quienes son sometidos subjetivamente a una culpabilidad, que amenaza la cohesión del self y de su yo ; puede regresionar de manera solitaria al remordimiento hasta alcanzar repetitivamente su yo atravez de un superyó maternal insistente y castrador. El tratamiento psicoterapéutico y analítico del remordimiento pretenderá, por medio de la palabra transferir sobre el psicoanalista la culpabilidad a la base de ese remordimiento a fin de liberarlo decaracteristicas de autosadismo y autoerorismo que comporta el remordimiento.

gérard pirlot : “ solus ipse ”

Evocando los recuerdos de un paciente huerfano y utilizando el análisis para confortar su soledad. El autor examina los vínculos entre resistencia transferencial, traumatismo narcísico precoz, relacionado a la pérdida del padre, la dificultad de introjección de las pulsiones sexuales y narcisismo moral. Igualmente, ciertos textos del jóven Rimbaud ilustran ese narcisismo moral que utiliza con mucho agrado la soledad como práctica masoquista para colmatar las fallas narcísicas de un yo que no ha podido introyectar harmoniosamente las pulsiones sexuales y el imago paternal.

Gérard Pirlot : the guilty pleasure of remorse … or the one of teeth biting the eye of the unconscious

If in the case of the patient called “ Didier ” described by Bonnet, a whole psychotherapeutic work is necessary, once the narcissistic bases have been consolidated, to make remorse appear as the starting point of a genuine psychoanalytical work, things can be very different with a neurotic patient. Remorse, sometimes there from the start, actually attests to a too great attachment to the maternal imago, which then limits any possibility of subjectively assumed guilt. Thus the author, using a clinical vignette of a subject in analysis, after having brought remorse nearer to reproach and evoked the link between remorse and auto-sadism (narcissistic sadism), attempts to define what the term connotes meta-psychologically, following the different French and German etymologies of the term “ remorse ”… The drive economy of remorse reveals itself to be a putting into play of oral sadism mixed with scopic and controlling drives ; its dynamic is a conflict of psychical forces which may extend from hallucinatory perceptions (cf. the nightmare) to somatization (dizziness, “ second state ”, etc.) or passage to the act ; and finally, its topic is ego-splitting before the castrating omnipotence of a maternal and totemic superego ( “ an eye for an eye ”). In the sado-anal regression which characterizes it, remorse is a form of return of psychical function into the “ primitive cavity ” described by Spitz, which then serves as a “ container ” for the ego’s Self (its the narcissistic bases). The subject in the throes of remorse, like Cain, or Oedipus at Colonnus, “ crushed ” (subjectively) by a guilt that menaces the cohesion of the Self of his ego, can regress alone in remorse until he “ re-bites ” (re-mord) repeatedly this ego through an “ incisive ” and castrating superego. The therapeutic and analytic treatment of remorse will aim to “ transfer ” on to the psychoanalyst, through speech, the guilt underlying this remorse in order to free it from this self-sadistic auto-erotic muck which is remorse.

Gérard Pirlot : “Solus Ipse”

Evoking the lonely memories of an orphaned patient using analysis to comfort him in his solitude, the author examines the links between transference resistance, early narcissistic trauma related to the loss of the father, difficulty introjecting sex drives, and moral narcissism. Some texts by the young Rimbaud also illustrate this moral narcissism, which readily uses solitude as a masochistic practice to plug the narcissistic gaps in an Ego that is unable to harmoniously introject sex drives and paternal imago.

Gérard Pirlot : le plaisir coupable du remords … ou celui des dents mordant l’œil de l’inconscient

Si, chez le patient nommé “ Didier ” décrit par Bonnet, il fallut tout un travail psychotérapique pour, une fois consolidées les assises narcissiques, voir apparaître le remords point de départ à un véritable travail psychanalytique, il peut en aller différemment chez le patient névrosé. Le remords, parfois d’emblée là, témoigne en effet d’un trop grand attachement à l’imago maternelle ce qui limite alors toute possibilité d’une culpabilité subjectivement assumée. Ainsi, à partir d’une vignette clinique d’un sujet en analyse, après avoir rapproché le remords du reproche et avoir évoqué le lien entre remords et auto-sadisme (sadisme narcissique), l’auteur suivant en cela les différentes étymologies française et allemande du terme de “ remords ”, tente de définir métapsychologiquement ce que ce terme recouvre. L’économie pulsionnelle du remords se découvre être celle mettant en jeu un sadisme oral mêlé aux pulsions scopique et d’emprise, sa dynamique est celle d’un conflit de forces psychiques pouvant aller de la perception hallucinatoire (cf. le cauchemar) à la somatisation (vertige, “ état-second ”, etc.) ou le passage à l’acte, et enfin sa topique est celle d’un clivage du Moi devant la toute-puissance castratrice d’un Surmoi maternel et totémique (loi du talion). Dans la régression sadique-orale (cannibalique) qui le caractérise, le remords est une forme de retour du fonctionnement psychique dans la “ cavité primitive ” décrite par Spitz qui sert alors de “ contenant ” au Self du Moi (les assises narcissiques de celui-ci). Le sujet en proie au remords, tel Caïn, ou Œdipe à Colonne, “ écrasé ” (subjectivement) d’une culpabilité qui menace la cohésion du Self de son Moi, peut régresser solitairement dans le remords jusqu’à “ re-mordre ” répétitivement ce Moi par le biais d’un Surmoi maternel “ incisif ” et castrateur. La prise en charge psychothérapique et analytique du remords visera, par la parole, à “ transférer ”, sur le psychanalyste la culpabilité sous-jacente à ce remords afin de dégager celle-ci de cette gangue “ auto-sadique ” et auto-érotique qu’est le remords.