A partir del tratamiento terapéutico individual de una joven paciente de trece años Clementine, exploraremos las repercusiones que pueden tener un vínculo fraternal muy fuerte y la manera en que a veces se manifiesta como un freno al proceso de separación-individuación. Llevado al extremo en el fantasma de gemelidad emerge un Yo con contornos imprecisos y una continuidad de la relación potencialmente fragilizada por un sujeto al narcisismo frágil. La in diferenciación de los cuerpos y de los aparatos psíquicos. La anorexia hace explotar la esfera especular cuando solamente uno de los sujetos alcanza una pubertad fisiológica. En el espacio de la separación física y psíquica que ofrece un contexto de hospitalización. Las entrevistas clínicas nos aclaran sobre las modalidades del paso de un doble hacia si mismo y nos ayuda a pensar sobre lo que se pone en juego y los limites de lo que se moviliza en un trabajo de subjetivación.
Adolescence, T. 31 n°1, pp. 27-36.