This article will attempts to envision what is specific to adolescent psychotherapies using two clinical cases. The first evokes a form of “ideal of being there”, where the clinician is a benevolent interlocutor accompanying the adolescent’s intrapsychical readjustments. In the second, family disorder, among other things, hampers the encounter with the adolescent in the here and now of the session.
Adolescence, 2014, 32, 3, 599-608.
L’article propose d’envisager la spécificité des psychothérapies à l’adolescence à partir de deux cas cliniques. Le premier évoque une forme « d’idéal d’être là » où le clinicien est un interlocuteur bienveillant accompagnant les remaniements intrapsychiques de l’adolescent. Dans le second, le désordre familial, entre autres, entrave la rencontre avec l’adolescent dans l’ici et maintenant de la séance.
Adolescence, 2014, 32, 3, 599-608.
La adolescencia, categoría reciente propia al mundo occidental, tiende a desolidarizarse de la pubertad como un evento fisiológico universal. No es tanto la desaparición de los ritos que está en juego sino mas bien, el abandono del vinculo de solidaridad entre el fenómeno de la pubertad y de la designación – pero también, el tratamiento – social de la adolescencia. A partir del ejemplo de prácticas de escarificaciones durante la adolescencia, quisiera proponer la hipótesis de una aumentación de actos-síntomas que se alimentan de esta separación y paradoxalmente tienden a la vez a reducirlas – es decir a re instalar un reconocimiento de identidad intimo y social de las formas de alteridad comenzadas por la pubertad – pero también – juntas rechazar esas mismas formas de alteridad.
Adolescence, 2014, 32, 1, 47-56
Adolescence, a recent category peculiar to the West, tends to disunite puberty as a universal physiological event. It is not so much the disappearance of rites that is in play here, as the extenuation of the bond of solidarity between the phenomenon of puberty and the social designation – and treatment – of adolescence. Using the example of self-harming practices in adolescence, I would like to hypothesize an increase in acts/symptoms is fed by this separation and tends, paradoxically, to reduce it – i.e., reassert a social and private recognition of identity of the forms of otherness engaged by puberty – and at the same reject these same forms of otherness.
Adolescence, 2014, 32, 1, 47-56.
La ayuda terapéutica dada a una adolescente cuya historia fue marcada por el ataque del cuerpo ya sea por el lado de la somatización o por el lado del acting-out autodestructor; nos ha permitido de aprofundizar la comprensión de práctica mórbidas como la escarificación y ello más allá de un modelo clásico del ataque del cuerpo púber como portador del sexual genital. El ataque del cuerpo ya sea actualizado por adentro o en superficie nos informa del desarreglo de la circulación psíquica la cual va de par con el « yo-piel » patológico con doble capa : la primera capa muy porosa la cual nos muestra el defecto de para- excitación y la segunda carapaza protectora la cual busca a guardar todo frente a las angustias de vaciarse por completo las cuales conducen a la intoxicación . Enriquecido por el modelo topográfico las infracciones cutáneas se deben entender en la dimensión de expulsión fuera de sí mismo para desintoxicarse : verdaderos « agujeros de aeración psíquica », frente a un psiquismo amenazado de asfixia. Ellos abren en un movimiento de proyección desintoxicante tomando formas fóbicas y persecutivas necesarias a la construcción de una frontera conteniente y susceptible de recibir el eros pubertario desintoxicado de su muy viva locura pulsional.
Adolescence, 2008, T. 26, n°3, pp. 681-695.
La psicoterapia de una adolescente quien practica ataques sobre su cuerpo pone en evidencia los procesos arcaicos en obra, los cuales se desarrollan en términos de resistencia de una inversión al objeto a través su cuerpo y de denegacion de la alteridad. La situación dual, reactualiza una alteridad interna, la cual encuentra obstáculo a causa de una alineación adhesiva contrapulsional a los objetos tiránicos no diferenciados. La vigilancia a los elementos perceptibles sensorio-motores como resultado del otro, pero también de la contra-transferencia. Se busca restaurar una transicionalidad obstaculizada en esta adolescente narcisica con la ayuda de un estilo psicodramatico.
Adolescence, 2009, T. 27, n°1, pp. 157-165.
The therapeutic management of a teenage girl, in whose case history body attacks, either in the form of somatization or acting out/auto aggression, made it possible to understand better the morbid practices of auto-mutilation beyond the classical forms of attacking (at the moment of puberty) the body baring the genital sexuality. Attacking the body (either internally or on the surface) shows the dysfunction of the psychical movement, which goes hand in hand with a pathological Ego-skin in two ways : the first, multi pores showing the defect of pare excitation; the second, the protective shell trying to « keep everything in » when faced with the anxiety of emptiness, leading to self-poisoning. Using a topographical model, the skin wounds are to be considered in their explosive dimension to change the self, like true « psychical air vents » for the psyche threatened with asphyxiation. Paradoxically, these wounds open up a detoxifying movement of projection taking phobic or persecutory forms necessary to build up a « withholding » front, able to welcome the pubertal Eros detoxified of its « impulsion madness ».
Adolescence, 2008, T. 26, n°3, pp. 681-695.
The psychotherapy of a teenager who practices body attacks sheds light on archaic processes at work in terms of bodily resistance to the investment of the object and the refusal of otherness. The dual situation reactualizes an internal otherness blocked by adhesive, anti-drive alienation from tyrannical, undifferentiated objects. Vigilance against visible « sensory-motor » objects as an effect of the Other, and against the counter-transference, works, with the aid of a psychodramatic style, to re-establish the transitionality which was blocked in this narcissistic teenager.
Adolescence, 2009, T. 27, n°1, pp. 157-165.
À la lumière d’un cas clinique au sein d’un service d’hospitalisation pour adolescents, il s’agit de montrer en quoi les scarifications servent deux mouvements psychiques consécutifs : rattacher au masochisme cruel vise à la décharge d’une tension inélaborable s’originant dans un traumatisme réel effracteur survenu durant l’enfance ; permettre l’actualisation du traumatisme via la mise en place de scénarios pervers (en particulier exhibitionnistes) au sein des mouvements transférentiels dans le service. Paradoxalement, cette utilisation de l’acte-symptôme dans un contexte pervers s’offre comme relance des processus de symbolisation et de subjectivation face aux risques de désorganisation psychique.
L’adolescence, catégorie récente propre au monde occidental, tend à se désolidariser de la puberté comme événement physiologique universel. Ce n’est pas tant la disparition des rites qui est en jeu mais le relâchement du lien de solidarité entre le phénomène de la puberté et la désignation – mais aussi le traitement – social(e) de l’adolescence. À partir de l’exemple des pratiques de scarifications à l’adolescence, je voudrais proposer l’hypothèse d’une augmentation d’actes-symptômes qui s’alimentent de cet écart et tendent paradoxalement à la fois à le réduire – c’est-à-dire à réinscrire une reconnaissance identitaire intime et sociale des formes d’altérité engagées par la puberté – mais aussi, conjointement à rejeter ces mêmes formes d’altérité.
Adolescence, 2014, 32, 1, 47-56.