Durante la adolescencia, la novela familiar cede su lugar a una » autoficción de anticipación « , organización que auxilia las transformaciones adolescentes y permite al sujeto desprenderse de la influencia de las ímagos paternas y de las rigideces superyoicas asociadas.
El nacimiento del estado amoroso puede deberse en buena parte a la súbita coalescencia que opera entonces entre autoficción de anticipación y actualización » exquisita » del encuentro afectivo.
Un fragmento clínico arroja aquí nuevas luces sobre la relación que existe entre el estado de desamparo original y el estado amoroso. Durante esta secuencia, sobreviene une erotización de la transferencia, cuando el paciente vive una anticipación de potencialidades corporales que le eran desconocidas ; le parecen estar al alcance de la mano y al mismo tiempo inaccesibles. De ahí un inmenso sentimiento de soledad, de desamparo, mientras que la presencia del terapeuta adquiere tal intensidad y tal relieve libidinal que se convierte en el centro de la atención del paciente.
Habiendo comprobado clínicamente que, durante la adolescencia, ciertas patologías narcisistas fracasan ante la realización de una implicación libidinal – a raíz del amor-odio dirigido hacia la figura paterna grandiosa y obscena –, el autor desarrolla aquí la idea de un tipo de implicación pasional en la dimensión simbólica capaz de rebasar al representante imagoico caído en desgracia, en favor de un decir (parole) significante, creador, que apunta a un más allá del objeto. Dicha implicación ofrece las características de un » estado amoroso « , por el desprendimiento del sujeto y la idealización del otro más allá de toda satisfacción.
La sensación oceánica, objeto de controversias entre S. Freud y R. Rolland, puede ser considerada como una vivencia que forma parte del sentimiento amoroso durante la adolescencia. Expresión de una regresión fusional o bien de una percepción anticipada del amor del objeto, lo oceánico podría constituir una versión de la resolución del conflicto pubertario.
Habiendo comprobado clínicamente que, durante la adolescencia, ciertas patologías narcisistas fracasan ante la realización de una implicación libidinal —a raíz del amor-odio dirigido hacia la figura paterna grandiosa y obscena—, el autor desarrolla aquí la idea de un tipo de implicación pasional en la dimensión simbólica capaz de rebasar al representante imagoico caído en desgracia, en favor de un decir significante, creador, que apunta a un más allá del objeto. Dicha implicación ofrece las características de un » estado amoroso « , por el desprendimiento del sujeto y la idealización del otro más allá de toda satisfacción.
La fiesta condensa dos aspectos contradictorios, uno de ellos individual a saber : encontrar la pareja de amor y/o sexual ideal y la otra de encontrar la seguridad narcísica en el seno de un grupo que promete los placeres sin comparación. La elección es aún mas dificil puesto que las dos soluciones tienen fantasmáticamente la misma consecuencia : la felicidad del « sentimiento oceanico » y el hecho de hallarse entre la fidelidad al grupo y la esperanza de un encuentro amoroso. El adolescente opta a menudo por una tercera vía, el de la búsqueda rápida de un segundo estado a través de la consumación de alcohool o de estupefacientes.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7