Este trabajo, propuesto a partir de la interrogación « ¿ en que existe una crisis adolescente en el cuerpo ? », trata de hacer intervenir la noción de espacio, de la mirada, de la creación del nombre. Si internet considerado como un espejo y la circulación de perfiles e imágenes, traduce una travesía de esta prueba al en registrar las figuras de nuevas formas del Nombre del Padre, ello no va sin correr el riesgo de un movimiento de contra cultura y de su devenir : los efectos de la creación adolescente.
Cerca de 30% de Inuitas de Nunavik (Québec) son señalados a los servicios de la protección de la juventud. En 2010, una residencia ha sido desarrollada específicamente para esos jóvenes afín de responder a sus necesidades clínicas y culturales. El objetivo del presente estudio es el de explorar la utilización que hacen los jóvenes de este espacio residencial. Los resultados sugieren que de una parte, la residencia constituye una « institución permeable », permitiendo una cierta continuidad en los jóvenes, a pesar de las numerosas rupturas que vive, de otra parte, los jóvenes que se encuentran generalmente al margen, tienen tendencia a gravitar hacia lo relacional y hacia el centro cuando tienen espacio para hacerlo.
Exibiendo su traza locomotiva, el graffitista se inventa una ciudad, dónde se perfilan sus fantasmas de identidad gracias a los cuales, el espera integrar su relación a los otros haciendose el objeto de su propia práctica. La calle no se distingue más en territorios, si no en momentos de historia, en tiempos, en pedazos, permitiendo a singularidades de derivar hacia aquello que los llama desde afuera. No en tanto que como una producción de una obra si no como lo que obra en ella, la calle pintada, secreta los excesos y las incertidumbres del adolescente incluyendo en una actualidad las figuras de una pulsión que de su poder arcaisante puede sublimarse.
Las trasferencias a la adolescencia no son solamente regresivas e infantiles si no que también son progresivas y pubertarias. La economía traumática pubertaria requiere de un tiempo de construcción de un espacio intermediario a partir de una narratividad compartida transformando los sentimientos pubertarios no figurables en escenarios capaces de ser compartidos. Los discursos durante la adolescencia son retomados como creaciones que en si no deben ser interpretadas, y ello, al menos en un primer tiempo. Las construcciones del analista sobre el objeto narrativo intermediario, dejan abierta la posibilidad de una comprensión re interpretativa hallada y creada por el adolescente mismo y ello sin tener que justificar sobre su origen en una forma de juego de manejo activo. Este tiempo es necesario para asegurarse de una identidad narrativa subjetivante. Esta señalado, el riesgo de un clivaje de transferencia narcisica y objetal y de un evitamiento del trabajo « interpretativo » clásico. El trabajo de construcción implica en el analista un trabajo contra-trasferencia sobre el adolescente que hay en el analista y sobre sus « teorías sexuales adolescentes ».
Adolescence, 2009, T. 27, n°4, pp. 1027-1037.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7