La tendencia a creer en las imágenes es fundamental en la vida psíquica; sin embargo, las imágenes – precisamente las violentas- pueden proponerse en modelos pero son incapaces a ellas solas de imponer el deseo y la satisfacción del mismo. Lo mas frecuente es que ellas son buscadas por su poder de figurabilidad tanto en el campo de los estados del cuerpo y fantasmas arcaicos como en el terreno de las emociones de la vida cotidiana que son muchas veces difíciles a ser representadas.
Los adolescentes utilizan espontaneamente tres medios complementarios para organizar el malestar provocado por la imágenes violentas los cuales son : El lenguaje, las representationes interiores y las repesentaciones corporales; estos tres medios son la llave de la educación a las imágenes.