Al desarrollar ampliamente el caso de una joven paciente bulímica, en torno a momentos de mutación de la relación transferencial y de los azares afortunados de una transferencia lateral durante la cura, el autor intenta poner en evidencia los aspectos peculiares y específicos de su relación de objeto. Propone interpretar la problemática de adicción y de dependencia respecto al objeto alimenticio como fallas en los procesos precoces de identificación, fallas.
Vinculadas con el hecho de que el objeto original de implicación fue » identificado mal » o se hizo » identificar mal « . Así, el objeto no pudo ser introyectado, sino meramente incorporado. De ahí derivaría la búsqueda sin fin (dependencia) no tanto del objeto mismo como de un intento de identificación » de » dicho objeto para identificarse con él y desalienarse de él.
La primera relación sexual del adolescente constituye un momento singular de cambio de su ser en el mundo (de su relación con el mundo), imprimiendo huellas en su cuerpo y en su psique. Si bien forma parte integrante de su devenir adulto, no forzosamente hace de él un adulto. Tomando en cuenta la carga de excitación que la experiencia implica, ésta puede ser considerada como un trauma a la vez necesario y constructivo para la evolución del sujeto, que se halla aquí enfrentado a la cuestión fundamental de su deseo y de su goce.
Basándome en cierta lectura de la problemática del trauma, de la repetición y de la pulsión de muerte según Freud, propongo ver en el « rauma » de la primera relación sexual del adolescente una especie de « objeto de perspectiva » para la psique, que hace intervenir una « repetición anticipadora »; esta última permite lidiar con los aspectos desestructurantes que el « trauma » imprime a la psique. Sobre todo, atenúa la carga de excitación, al elaborar de manera « parcial » y previa, mediante la o las repeticiones incluidas en ese acto, el efecto traumático del surgimiento inesperado del otro dentro de sí, el otro sí mismo que se revela en el momento culminante del goce y con el que habrá de enfrentarse el adolescente en su proceso para volverse adulto.
Para ilustrar esta problemática, se recurrirá al caso de un adolescente cuyos síntomas obsesivos, desahogados a través de las fantasías durante la psicoterapia, podrían ser interpretados retroactivamente como síntomas relativos a dicha « repetición anticipadora ».
The first sexual intercourse of the adolescent is a specific moment when his being-in-the world changes (i.e. His relationship to the world),stamping its traces within both his body and psyche. Being utterly constituent of his future as an adult, it does not however makes him totally an adult as such. With référence to the load of excitement it carries with it, one may consider it as both some kind of necessary and building trauma in the evolution of the subject, hereby violently confronted to the fundamental question of his desire and enjoyment.Supporting myself on some specific reading and understanding of freud’s approach of trauma, repetition and the death instinct, i will suggest that one might view such a « trauma » of the first intercourse at adolescence as some kind of « perspective object » for the psyche, enacting some « anticipatory repetition » : the latter enabling to thwart the destructuring aspects of such a trauma for the psyche, e.g. Softening its load of excitement by « partly » elaborating – through the repetition(s) included in such an act – the traumatic effect of the unexpected surge of the other in oneself, i.e. The very other revealing itself in the acute moment of excitement with which the adolescent will have to deal with in order to become an adult. Such a question will be illustrated with the case of an adolescent whose obsessional symptoms and their symptomatic unfolding in psychotherapy may be retrospectively understood as caught within that very « anticipatory repetition ».
En développant largement le cas d’une jeune patiente boulimique autour de moments mutatifs de la relation transférentielle et des aléas fructueux d’un transfert latéral dans sa cure, j’essaie de mettre en évidence les aspects particuliers et spécifiques de sa relation d’objet Je propose de voir dans la problématique d’addiction et de dépendance à l’objet alimentaire des failles dans les processus précoces d’identification liées au fait que l’objet originel d’investissement serait « mal identifié » ou se serait « mal fait identifier ». L’objet ne pourrait alors être introjecté mais seulement incorporé. I1 en résulterait la quête sans fin (dépendance), non pas tant de l’objet lui-même, que d’une tentative d’identification « de » cet objet pour s’y identifier et s’en désaliéner.
Adolescence, 1997, T. 15 n°2, pp. 307-323
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7