A partir de las teorias de E. y M. Laufer y el de G. Haag a propósito del desarrollo normal de los bebés, éste artículo propone dos reflexiones que conciernen la evolución de una adolescente en psicoterápia después de una « ruptura del desarrollo » y la aparición de un delirio al momento de la pubertad.
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FLEMAL SIMON, LEFEBVRE ALEX: UN TRABAJO IMPOSIBLE DE LA ADOLESCENCIA : ENTRE MUERTE, DELIRIO Y CRACION
Considerando los cambios psíquicos causados durante este periodo, la adolescencia confronta al individuo puberto a la doble tarea de limitar sus pasiones infantiles y de experimentar nuevas formas de satisfacción pulsional. Con el fin de explicar esta implicación subjetiva, especifica al proceso del adolescente, los autores proponen el concepto de « trabajo de la adolescencia ». Con base en el estudio de un caso clínico, el presente reporte examina las principales propiedades del trabajo de la adolescencia. Este análisis se fundamenta a partir de una adolescencia imposible a causa de la petrificación de una problemática arcaica en el funcionamiento psíquico de un adolescente. Por medio de operaciones defensivas puestas en obra, como el delirio de aparición y la producción artística, el trabajo de la adolescencia es investigado en el caso de la invasión traumática materna que altera la dinámica de los desafíos identitarios.
JOLY ANNE, DUPONT SEBASTIEN : JULIE Y « MONSEÑOR » : DE LAS CARENCIAS AFECTIVAS A LA FORMACION DE UN AMIGO IMAGINARIO
Elfenómeno del compañero imaginario ha sido descrito principalmente en niños y en personas de edad avanzada, y solo de manera esporádica en adolescentes. Su aparición suele confundirse con la emergencia de ideas delirantes y tomada como un signo prodrómico de esquizofrenia. In este articulo, presentamos el caso de Julie, una adolescente de diecisiete anos, para mostrar a que el fenómeno del compañero imaginario puede aparecer en la adolescencia, en un contexto psicopatológicamente distinto al desarrollo sicótico. Esta joven chica compensó una depresión latente por la compañía de un compañero imaginario al que nombra « Monseigneur » (« Señor mío »). Describimos detalladamente esta situación clínica, el desarrollo de la terapia y la evolución psicológica de Julia.