El sujeto del inconciente y el colectivo entretienen relaciones substanciales, son el uno para el otro como el derecho al revés. El paso de uno al otro de hace se hace como sobre una bande de Mœbius, dónde no se puede distinguir un interior de un exterior. Si el sujeto del inconciente es el efecto de la leyes del lenguaje, no se queda sin tomar la coloración de producciones colectivas y los montajes institucionales quienes por un cierto agenciamiento colectivo del discurso y de las enunciaciones producen canales y les atribuyen modalidades de expresión específicas. El cuento y el sueño. Tal como se pueden parecer el uno al otro y desplegrase en una palabra singular aparecen como los medios privilegiados para exprimir esta articulacion de lo singular a lo colectivo. La ilustración es hecha aqui a partir de un encunetro clínico de investigación en un contexto cultural de tradición oral con una jóven muchacha de once años contando las marcas de un destino por los signos de un destino soñado.