El adolescente busca construir un lenguaje que atestigua de su revolea ; sin embrago, las exigencias del código inherente a lo hablado lo obligan a la organización de reglas sofisticadas sobre las cuales estaríamos errados de considerarlas como una ruina del lenguaje clásico. Se trata de un trabajo sobre las normas que interroga los procesos de creación nacidos de la rebelión y del exceso.
Adolescence, T. 31 n°1, pp. 87-94.