El interés por la dimensión temporal en el caso de los adolescentes en terapia interroga nuestro modelo de la adolescencia asi como el tiempo que dura; como si el psicólogo o el terapeuta tuvieran la responsabilidad de responder a dichos aspectos. Al otro extremo, ciertos adolescentes vendrian en terapia para realizar « su crisis de adolescente ». ¿ La inmadurez psíquica podría ser tratatada en tal marco? ; Dichas preguntas, estan sin duda alguna ligadas a la cultura psicológica a la base de los modelos actuales de la adolescencia.
Cuando el entorno familiar o escolar delimita el espacio y el tiempo de los adolescentes según sus modelos heredados de principios del siglo, el terapeuta trabajará con dichos puntos de referencia buscando a interpretar el valor psíquico. Pero cunado dicho entorno es incierto o inexistente el marco clínico puede transformarse en el único modelo del momento del paso de la infancia a la edad adulta. Para evitar la colección de terapias interminables o a valor pedagógico; el terapeuta será confrontado a la difícil tarea de invitar al adolescente, quién acaba a penas de salir de la infancia a interiorizar los limites del cuadro y elaborarlos en límites interiores entre el infante y el adulto.
La crisis de los modelos culturales se traduciría por una dificultad y del trabajo psíquico a la adolescencia.
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Claire-Marine François-Poncet : time put to the test in treatment of adolescents
The investment of time by adolescents in therapy calls into question our model of adolescence and its time frame as if it were for the therapist to answer these questions. At the extreme, some adolescents would come to therapy to go through their « adolescent crisis » ; should psychological immaturity be cured, and in what setting ? These questions are probably related to the psychological culture inspiring models of adolescence.
When the family or school structure sets the time frame of adolescence according to models dating back to the beginning of the century, the therapist will work with these reference points and try to interpret their psychical value. But when social structure becomes uncertain or absent, the clinical setting may become the only source of limits for the time transition between childhood and adulthood; in order to avoid the stalemate of endless therapies or educational work, the therapist will be confronted with the difficult task of inviting the adolescent, just out of childhood, to interiorize the limits of the setting into psychical limits between the child and the adult. The weakening of cultural models would therefore would therefore put a higher burden on the psychical work of adolescence.