Interrogar el amor, es afrontar las heridas que ocasiona y es tomar en cuenta la crueldad que abriga al mismo tiempo que la ternura y la sensualidad. Su eventual consecuencia, el jubilo, será aquí, examinado del punto de vista de la realidad psíquica y de la expresión que esta realidad confiere en la religión cristiana.
Adolescence, 2013, T. 31, n°4, pp. 873-884.