El objetivo central de este texto es de llegar a presagiar si la tematica de la “ Philia ” es susceptible de tener alguna pertinencia dentro del marco teórico de la psicoanálisis. Las afinidades que el psicoanalista entretiene con el eros no va en ese sentido salvo para tomar en cuenta las conceptualizaciones de D. W. Winnicott que articula la amistad a la relación al yo y a la capacidad de estar solo. Resulta que en el don de la amistad esta implicado el devenir de la maduración afectiva cuya capacidad de estar solo en presencia del otro representa el fenómeno mas elaborado. El amigo no puede ser considerado como un simple modelo o como el equivalente de un autorretrato; tampoco puede reducirse a otro yo mismo. La amistad contiene algo que me es debido. Si los adolescentes tienen una preferencia por la amistad es que el don de la amistad es indispensable para lanzar y acompañar los movimientos de subjetivacion durante la adolescencia. En ese sentido se entiende que la amistad es contemporánea de trasformaciones subjetivas puesto que ella condiciona la posibilidad de advenir en algo que tenemos de inherente a si mismos.
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julien denans, mohammed ham : adolescencia, solitud y lazo socia. perspectivas meta psicológicas y clínicas
A partir de un discurso de sufrimiento de donde emerge una problemática de soledad, los autores intentan repatriar esta noción del lado del referencial metapsicológico a fin de elevarlo a la dignidad del concepto y deshacerse de toda visión puramente fenomenológica o interaccionista. La conceptualización de la soledad pasa a través de la regencia freudiana a la « Hilflosigkeit » destreza psíquica y discontinuidad ontológica abriéndose así a la dimensión del vínculo otro que solamente fusional es decir una relación que nosotros calificaríamos con J. Lacan de discursiva. D. W. Winnicott propone el concepto de « capacidad de estar solo » soledad que soporta la instalación psíquica del otro. Ella se encuentra relacionada al espacio potencial en el que se manifiesta el modo creativo del individuo. Esta epistemología es entonces el pretexto para interrogar nuestra práctica y las consecuencias transferencia les del encuentro clínico : ¿acaso esto no se afirma como el espacio dinámico y creativo del estar solo en presencia del otro? Esta perspectiva debería permitirnos de interrogar largamente las influencias del líen social cuya clínica de la adolescencia es una figura emblemática.
Adolescence, 2008, T. 26, n°3, pp. 723-739.