Considerando el valor significante de los símbolos movilizdos en las heridas autoinflingidas de los adolescentes; la función antropológica permite de acceder a lo que hay detras de la purificación y el sacrificio y su relación con la pérdida. Sin embargo, a la adolescencia, los movimientos alrrededor de la desafiliación pueden encontrarse bajo el yugo de la angustia al vacio; conjugando pérdida y derealización. Figurandolas en la escena clínica con lesiones. La imploración en acto se asocia a la necesidad de producir una catarsis.
En el caso de una adolescente psicosomática, el síntoma auto sádico de tricotilomanía, condensa las carencias del yo-cuerpo y sus tentativas de apropiación auto-eróticas. Esas heridas traumatofílicas que se repiten, entretienen con fines de supervivencia, la excitación ocasionada por una ausencia maternal denegada cuyos rastros mnemónicos colonizan la memoria del cuerpo enfermo. El objetivo terapéutico es el de retomar a través de la transferencia y la contratransferencia la función primitiva homo y auto reflexiva.
El adolescente que ataca su propio cuerpo, muy a menudo, anda encerrado en una lógica de doble de la cual trata de protegerse y salir. Ello presenta la ventaja de mantener la ilusión de poder, resentido cuando era niño, y proyectarla en el otro con la violencia que la acompaña, y fijar esta última, revolviendola contra sí mismo de manera dirigida y limitada. Las automutilaciones que el adolescente se inflige constituye testimonios reales de la ilusión necesaria para construirse. El interés de la obra como el Trovero de Verdi, es de hacernos acceder a un escenario mítico sobre el cual se apoya ese tipo de comportamiento y de abrir una vía a su análisis. Descubrimos particularmente, como la automutilación constituye en el caso de algúnos adolescentes un rito de iniciación y de paso, gracias al cual, se afrontan a un doble mítico ; en un primer tiempo a través ellos pero guardando la posibilidad de desenmascararlos.
Si las automutilaciones dan cuenta de estrategias paradoxales para hacer callar las exitaciones pubertarias durante la adolescencia, ellas también tratan de atestiguar las tendencias traumatofílicas en acción, en un contexto de filiación narcísica. La historia del caso de Theo, nos muestra la importancia que hay en reconocer los lazos de interdependencia entre los padres y el jóven adolescente frente a los descenlaces trangeneracionales. Efectivamente, la problemática de base en ese tipo de comportamientos no parece poder elaborarse que únicamente a través de una perspectiva de tensión traumática que fundan la indiferenciación y la violencia en los vínculos intergeneracionales.
La automutilación sería un sistema de creencia que vendría a vendar la enorme dificultad a créer en su propia construcción subjetal. Un sistema simple, sobre todo si tiende a mostrar escenarios sadomasoquistas en el modelo histérico y un sistema más complejo, cuando cumple una misión fetichiste transitoria. En lo desmoronamientos narcísicos pubertarios ; los comportamientos son dramáticos
A causa de la frecuencia y la contagiosidad las heridas autoinflingidas de la adolescencia se imponen delante de la escena, tanto a través de una reflexion psicopatológica que social. Para algúnos, la frecuencia misma hace que el fenómeno parezca banal y su función sería esencialmente adaptativa. Para otros, las heridas autoinflingidas son una forma de suicidalidad que no se nombra. Entre esos dos casos extremos hay una multitud de significaciones posibles y de respuestas terapéuticas. Viendo la literatura científica en lo que respecta la comprehensión psicopatológica de las heridas autoinflingidas a la adolescencia, éste artículo pone de relieve diversas interrogaciones y rompe con algúnas certitudes..
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7