A partir de un caso clínico, ilustraremos el trabajo psicoanalítico que puede ser propuesto a jóvenes autistas. Presentaremos las etapas encontradas en el seno de la terapia y que atestiguan de los avances en cuanto al desarrollo del yo corporal. Las proposiciones terapéuticas consisten a acoger los procesos autísticos y a proponer transformaciones en términos de exploración sensorial por medio del tacto, compartiendo el afecto y la escenificación de las formas corporales.
Hasta ahora, en el marco del autismo, muy pocos trabajos se han interesado a intentar de caracterizar como es que el proceso de la adolescencia se desarrolla en esos sujetos. En éste articulo, proponemos una lectura de ciertos conceptos fundamentales de la obra de Freud et de Philippe Gutton en lo que respecta la adolescencia y ello a través el prisma de los conocimientos extraídos de la obra de G. Haag, R. Roussillon, D. Meltzer.
Los autores proponen una reflexión sobre la vivencia de los hermanos de personas autistas, y se interrogan sobre la imprenta de ese contexto autístico al nivel del proceso de subjetivación a la adolescencia. El análisis es centrado sobre la estructuración de la imagen del cuerpo y su evolución del interés narcisista-objetal en función de las posibilidades de diferenciación subjetiva en el respeto del medio familiar. En la conclusión se enunciaran pistas de investigación y perspectivas de prevención.
El acompañamiento de nuevas sensaciones corporales y de sus fluctuaciones en el momento de la pubertad de los jóvenes autistas, permite de abrir nuevas modalidades de calmar cuando hay efracción de la pulsión. La travesía de la pubertad da la ocasión de despertar lo sensorial de la parte inferior del cuerpo y de alguna manera, ello participa a relanzar la construcción de un Yo corporal inacabado y hace que el joven posible tenga una mayor disponibilidad para la relación hacia los demás.
La pubertad, obliga al sujeto autista a un trabajo psíquico y el paso por la corporeidad conlleva efectos integradores sobre el psiquismo. El otro enigma es que se transforma en la cible de toda solicitación erotizada. La pusión sexual estará al servicio de una construcción identitaria/narcísica. El pubertario autístico encuentra un desenvolvimiento en una realidad fetichista, fuera del « adolescens ».
A menudo lo virtual se denuncia como un nuevo objeto de adicción para los adolescentes. Aquí abordaremos el punto de vista según el cual este útil favorecería la elaboración de la capacidad depresiva antes de constituirse el « Yo » en lo real. La pantalla entre el cuerpo y el sujeto, la computadora, seria el primer lugar de simbolización a fin de acceder a una verdadera subjetivación. Transportando a un otro espacio y a un otro tiempo, lo virtual permitiría de abordar de otra manera la temática de la temporalidad relativa a la problemática de la perdida. La perdida del objeto engendra el advenimiento del « Yo ». ¿ De que manera lo virtual puede constituir un nuevo lugar de apropiación de la ausencia ? ¿ Como es que el puede permitir el paso de una intemporalidad a una atemporalidad ? Esta idea será aclarada a través del caso de un joven autista como arquetipo de la perdida pero también del paso de lo imaginario a lo real.
Adolescence, 2013, T. 31, n°2, pp. 417-427.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7