En el marco de una colocación judicial de un niño/adolescente, la elaboración de un aislamiento puede permitir algunos cambios psíquicos en el sujeto como también en el seno familiar; ello puede conducir a modificaciones en lo que se refiere al lugar simbólico que este ocupa en la estructura familiar. Este trabajo psíquico especifico que se sostiene de un aislamiento psíquico, se encuentra modificado en la era numérica por la interferencia de gradientes de presencia que ofrece la comunicación a distancia.
Este artículo presenta los comienzos del tratamiento de un adolescente quien ha sufrido traumatismos tempranos. La discontinuidad restablecida desde los comienzos del tratamiento por una serie de ausencias repetidas, va a confrontar al analista a las vicisitudes de las primeras relaciones de objeto. El espacio terapéutico sin cese atacado va a tener que construirse tomando en cuenta las posibilidades psíquicas del paciente.
De la importancia de la sensorialidad en la construcción del sujeto a la adolescencia como una actualización de la sensorialidad de la primera infancia y de su coincidencia con la metamorfosis pubertaria de la experiencia del orgasmo. Del impacto de éste evento, producido en la relación del sujeto con el mundo exterior y con sus objetos internos, en términos de creación… entre ausencia y presencia del objeto.
»Ciertos adolescentes no logran tomar su lugar de la filiación, quedándose así en una posición de niño asexuado y ello en las familias próximas de la hordas primitivas en la cual reinan la violencia, el odio y la pasión ; el lugar de cada quién no ha sido «
La blancura es una forma de dimisión de si una voluntad de eclipsarse de una existencia que no esta más ahí que por una suerte de pesadez. La indiferencia a si mismo, suscita la exposición a un peligro que no es mas percibido como tal puesto que en realidad el joven no se habita mas en si mismo. Es una forma inconciente de una voluntad quizás no de morir si no de no estar mas ahí. Ella atestigua de la imposibilidad de ser un individuo y de investirse como sujeto de su existencia. Las técnicas de blancura son tentativas de desbarasarse de si mismo para no soportar más la presión de una identidad intolerable.
El avatar puede ser reducido a una especie de logo o puede venir a enriqueces un gran numero de detalles personales. Ello funciona en los espacios virtuales y para el que la posee es como una segunda piel y para sus interlocutores constituye un conjunto de objetos parciales ; ni totalmente reales, ni totalmente imaginarios. El avatar, introduce un nuevo espacio en el cual el interlocutor esta a la vez presente y ausente de una manera que puede constituirse en un objeto de consolación o de frustración.
Adolescence, 2009, T. 27, n°3, pp. 591-600.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7