A partir de una breve lectura lingüística y antropológica, el autor pone en evidencia las representaciones estructurantes de la calle. Enseguida, el se interroga sobre la vacuidad y la dificultad de la representación del significante “ calle ”. El autor, postula una hipótesis que articula la dimensión de lo abierto de la calle y la incapacidad de contener y de proteger el medio ambiente humano del adolescente. Para el, los desbordamientos que se producen en la calle, reflejan las lagunas y las incoherencias dejadas por los adultos. Apoyándose sobre una ilustración clínica, el autor propone un dispositivo para crear y efectuar un trabajo de red en un barrio en dificultad. Para el, ésta metodología, implica que la sicología clínica y el psicoanálisis se encuentren en el campo social, puesto que muy a menudo son prácticas que se encuentran alejadas de las realidades del terreno.