La finalidad de este articulo, es explicar y apoyar una investigacion – accion de orientacion analitica, en la seccion Menores de Edad de la Prision de Aix-en-Provence, (grupo teorico de treinta y tres adolecentes). Nuestro equipo considera haber reunido un conjunto de elementos importantes, que permiten afirmar que es posible establecer una relacion potencialmente terapeutica, con la gran mayoria de adolecentes encarcelados. Creemos que su aplicacion requiere una metodologia deontologica y tecnica propia, determinada por la independencia del Grupo Sanitario, respecto al nucleo Judicial y Penal.
Si nos referimos a las historias a menudo fracturadas de estos adolecentes, a sus problemas de subjetivacion, a los peligros que corren y hacen correr a los demas, a su rechazo de todo encuentro con personal psyquiatrico fuera de la carcel, podria leerse este articulo como un texto de Salud Publica.
El autor describe el contexto en el que el equipo de trabajo ejerce. Las sesiones se desarrollan en el lugar mismo de detencion, en estrecho contacto con los adolecentes y los adultos que los encuadran. (Celadores, y Personal pedagogico en particular). Este contexto contribuye a crear un « transferencia de base », del grupo de adolecentes hacia el personal Psy, y una « contra-transferencia » del grupo Psy hacia los adolecentes delincuentes. Paradojalmente, hemos podido comprobar que esta proximidad que facilita las sesiones, presenta dificultades en cuanto a la posibilidad de su realizacion. Despertando diferentes niveles de conflicto entre el equipo de Pedo-psyquiatras y la Administracion Penitenciaria. Estos conflictos son identificados y tratados a medida que se presentan.
Este entorno fisico permite el tratamiento de la casi totalidad de los adolecentes encarcelados. La posibilidad de contar con una vision global y sus potencialidades terapeuticas, fue dislumbrada claramente por el personal Psy en un momento dado del estudio. A saber, dos marcas clinicas emblematicas, cuando se trata de adolentes de contacto y conducta psiquica particularmente dificiles de acceso.
En este momento estan siendo analizados dos limites a este tratamiento extensivo. El principal guarda relacion con la teoria de Winnicott sobre la « Tendencia Antisocial ». El aumento demografico de la poblacion de los Pabellones de Menores, (superior a un limite de veinte o veinticinco adolecentes), conduce a un progresivo deterioro y abandono del encuadramiento con que beneficiaban los adolecentes hasta ahora. Este abandono puede ser la causa de un brote antisocial.
Como consecuencia de esta situacion, el equipo psychiatrico debe esforzarse y functionar a un nivel mas bajo de lo que consideramos posible y deseable. Y esto, en espera de un financiamiento de parte de las Autoridades de tutela, que a nuestro parecer, no estan suficientemente a la escucha del problema.
La sorprendente aceptacion del Otro por parte de los adolecentes, que otrora se negaban de manera contundente, en un contexto extra-carcelario, a todo encuentro terapeutico, se explica por lo que el autor denomina « el perfil curativo » de la prision. Este aspecto « curativo », se explica segun un modelo metafisiologico, donde los items se repropducen de acuerdo a un ideal »tipo », a saber : la reintroduccion de la dimension de realidad, provocada por la arrestacion y el encarcelamiento ; el enfrentamiento contra una fuerza del Estado invencible y para-exitante externa ; la disminucion de la culpabilidad inconciente, gracias a la experiencia vivida de la sancion ; la triangulacion de hecho de la Justicia y la Administracion Penitenciaria, de la relacion madre-hijo ; la restitucion de las carencias y de los malos tratos, por el aspecto positivo del encuadramiento y de la autoridad.
Toda una serie de casos clinicos viene a corroborar cada uno de estos estados. Un caso nos muestra el limite absoluto en el que la prision no es tolerable, puesto que provoca un sentimiento insostenible de perdida. Los limites relativos (y modificables), del modelo, son tambien evocados. La descripcion catastrofica de los abolicionistas, (opuestos al encarcelamiento de menores), es rechazada, en nombre de la experiencia global del Equipo, de las vivencias y las evoluciones de los adolecentes encarcelados.
La formulacion de la metodologia deontologica y tecnica del grupo Psy, esta precedida, de un analisis minucioso de los textos sanitarios, penitenciarios y de la Proteccion Judicial de Menores. Especialmente todo lo que toca a la « pluridiciplina » de los Pabellones de Menores.
El autor, establece que esos textos y las practicas, (en realidad monodiciplinarias) que resultan, son antideontologicas y antisubjetivas. El autor explica el interes subjetivisante de un metodo, que ofrece al adolecente un alto nivel de garantia, en cuanto a la confidencialidad de la sesiones. Y su verdadera implicacion, en lo que concierne los eventuales contactos del Equipo Pedopsyquiatrico u otros participantes.
La idea comun y corriente, que plantea la necesidad indispensable de mediadores para abordar a los adolecentes, queda relativisada. El Equipo Psy cree en una pareja, o al menos un binomio terapeutico, que, a nuestro entender, asegura un mejor contexto de transferencia contra-transferencia que la relacion doble. La hipotesis central consiste, en que este binomio funcione, como atractivo-reorganizador de los elementos de la « escena primitiva », demasiados caoticos y/o violentos. Los cuales el paciente ha debido descomponer o mismo excluir.
Un caso en particular muestra esta tecnica, bajo la lupa de su utilizacion.segun modos especialmente activos, de un adolecente dificil. Para el cual, dispusimos de un lapso de un anyo de evolucion, a partir del momento de la detencion.
A esta altura, algunas lineas de accion-investigacion pueden ser vislumbradas. La posicion del Equiopo Psy esta en este momento suspendida, a la nueva situacion que se abriria con la presencia de Educadores de la Proteccion Judicial de Menores, de manera permanente en la Prision.
A esta altura, el problema crucial del financiamiento es ineludible. Y este, tambien, en terminos de formacion de « internos » en psyquiatria, y, de un un trabajo de estudios comparativos, de las distintas observaciones pedo-psyquiatricas en Pabellones de Menores.
Una serie importantede anotaciones, ilumina las principales referencias teoricas del trabajo, y permite desarrollos clinicos y metapsycologicos.
El autor y su equipo de trabajo, son plenamente concientes, que las delincuencias juveniles y sus tratamientos, estan sumisas a interpretaciones Socio-Politicas. Asi como a su magnificacion por los medios de comunicacion, que en la practica, pesan de manera considerable.
Esta serie de notas permiten al lector, de tomar conciencia del contexto de la tendencia del momento, que es el de « Todo Prision ». Totalmente contraria a una aproximacion delicada y discreta del problema. Una aproximacion que debe tener en cuenta de manera equilibrada, por un lado, las carencias financieras, y por otro, la posibilidad de mejorar el funcionamiento existente de los Pabellones de Menores.
La Historia del tratamiento de las delincuencias juveniles, ha demostrado que cualquier entusiasmo en un sentido, viene irremadiablemente seguido de su lote de desmentidos.
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antoine hibon : retornos sobre las experiencias
Este artículo se consagra a la investigación acción de un equipo de psiquiatras de inspiración analítica, la cual duro cinco anos y ello, alrededor de adolescentes encarcelados en un centro de menores. Procurándonos así, elementos de las dificultades encontradas y reconocidas como políticas acerca de la metodología deontológica y técnica de la colegiatura psiquiatrica que interviene en medio carceral, de la administración penitenciaria, así como la de la protección jurídica de la juventud. Al interior de la crisis el señala las relaciones salud y justicia y una cierta tendencia al minimalismo psiquiátrico alrededor de los adolescentes encarcelados. En el plano de la psicología social, el expone los actores y las dificultades de la independencia del sector sanitario en las cárceles por consecuencia de las personalidades difíciles de ciertos presos y la consecuencia de una corriente humanista de la administración penitenciaria así como la reintegración de la protección judicial de la juventud en las cárceles para menores después de los comienzos del siglo XX. El critica los ejes principales de la retórica llamadas « retóricas ad hoc » que sostiene sobre un plano ideológico y técnico la creación de siete establecimientos para menores lo cual representa un presupuesto considerable. Finalmente, nos muestra los límites del hecho del carácter estructural del autoritarismo de una búsqueda de seguridad penitenciaria y de las acciones de las instancias ; así como de la tentativa de organizar el encarcelamiento de los menores bajo un modelo de una institución medico social.
Adolescence, 2009, T. 27, n°2, pp. 383-397.
Antoine Hibon : towards a child-psychiatry with a psychoanalytic orientation with the incarcerated adolescents
This article exposes and supports a research-action held during the past two years at the « minors’area » at Aix-en-Provence’s prison (theoretical number of youngsters : 33), by a child-psychiatrist team with a psychoanalytic orientation. The team believes it has gathered significant elements to establish a potentially therapeutic relationship with almost all of the incarcereted adolescents.This approach requires a deontological-technical methodology based on independance of the health department from the judiciary-penitentiary Complex.
Considering the broken histories of these adolescents, their subjectivation disorders, the danger they encounter and the danger they pose to others, their reluctance to meet psychists out of prison, one can read this article with a Public Health dimension.
The author describes the conditions of team work. Meetings are held in the « minor’s area » itself, in a close relationship with these adolescents and other adults (teachers, wards). This framework contributes to the establishment of a group transference base from adolescents to « psychists » and vice-versa (counter-transference). Such a proximity stimulates different levels of conflictuality between the child-psychiatric team and the penitentiary administration, which can be observed and progressively treated.
This framework gives support an extensive approach (almost all) of the incarcerated adolescents. The possibility and the therapeutical potential of this approach has been checked by the team at a certain stage of the research. Two clinical vignettes will give account of two very difficult to reach adolescents. Two limits of the extensive approach are studied. The main one is related to Winnicott’s « anti-social tendency » theory : the demographic increase of the « minors’area » (beyond a 20-25 threshold), lead to the abandonment of some adolescents who were benefiting from a continuous care frame, which can cause some antisocial recurrence. Hence, the team tries to work under the level which it knows would be possible and desirable, waiting for better means to be allocated by a non-listening administration.
The surprising openness to others that these incarcereted adolescents, reluctant to meet psychists out of prison, is thrown light on by what the author calls « the nursing side of prison ». It is understood according to a metapsychological model whereby items are linked into an « idealtype » : reintroduction of the dimension of the Real through arrest-incarceration; confrontation with the constant counter-excitation strength of the state; lowering of unconscious guilt through the lived experience of sanction; triangulation through justice and penitentiary administration of mother and child relationship; restoration of deprivation and maltreatment through the positive side of surveillance and authority. A series of vignettes supports each of these items. Another vignette shows the extreme limit of this frame of thought, where prison was not tolerated, essentially because of an unsustainable sense of loss. The relative and revisable limits of the model are brought up. The catastrophic picture of abolitionists (opposed to prison for minors) is objected to, holding in mind the team’s global experience of these adolescents’evolution.
The account of the deontological-technical methodology of the team is preceded by an analysis of the health, penitentiary and youth protection guidelines, linked to a so-called pluridisciplinarity in minors’area. The author states that these texts as well as the monodisciplinary exercise stemming from them are anti-deontological and do not favor the process of subjectivation. He exposes the interest of a method which offers to the adolescent a high level of confidentiality during clinical meetings, as well as his true implication in contacts between the psychiatric team and other intervening staff.
The current idea about the necessity of mediators, indispensable to psychists in order to approach these adolescents, is relativised. The team believes in a therapeutic couple (or pair), for a better base to transference-countertransference than dual relationship. The main hypothesis is that this couple acts as the attractor-reorganisator of the « primal scene », too chaotic or violent, split off or foreclosed by the patient. A clinical vignette shows the use of this technique in particularly active modality with a difficult adolescent for whom we have a one year step back about his evolution after prison.
Some perspectives of the research-action are developped. The team’s position is undertoned by the new order about the presence of educators from the « youth judiciary protection » at the minors’area. The crucial question of the means is evoked again, in terms of post-penal follow-up, psychiatrists training, and comparative study of child-psychiatry approachs within « minors’areas ».
The main theoretical references are given, permitting theoretical and clinical developments. The author and his team are conscious that youth delinquency and its treatment are the object of socio-political constructions, with medias’intermediary, which have their considerable weight on clinical work. The reader will also have a sense of the « all prison » approach, opposed to a measured approach which has to treat on the same level the unbearable lack of means of the outside prison care and the improvement within the existing « minors’area ». The history of youth delinquency treatment has shown that any unilateral view was immediately followed by refutation.
Antoine Hibon : going back over experiences
This article revisits the 5 year analysis-inspired research-action by a psychiatric team working with adolescents incarcerated in a Juvenile Detention Center. It gives details of the political difficulties that the deontological and technical methodology of this work encountered when dealing with psychiatric colleagues who intervene in prison, with the penal administration and with Court Youth Protection. It locates within the more general crisis in Healthcare-Justice relations a certain trend towards psychiatric minimalism when dealing with incarcerated adolescents. At the level of the participants’ social psychology, it exposes how difficult it is for healthcare to remain independent within prisons, with regard to the difficult personalities of some prisoners, the humanist side of the Penal Administration, and the re-integration of Judicial Youth Protective Services into prisons for minors since the beginning of the 20th century. It critiques the principle axes of the rhetoric known as « ad hoc », which provides ideological and technical support for 7 youth facilities with considerable budgets. Lastly, it shows the limits, due to the structural character of security-based penal authoritarianism and the action of the stock market, of attempting to organize the incarceration of minors according to the model of a medico-social institution.
Adolescence, 2009, T. 27, n°2, pp. 383-397.
Antoine Hibon : pour une pédopsychiatrie d’inspiration analytique auprès des adolescents incarcérés
Cet article veut exposer et soutenir une recherche-action conduite depuis deux ans par une équipe pédopsychiatrique d’orientation analytique au « Quartier des mineurs » de la Maison d’arrêt d’Aix-en-Provence (effectif théorique de 33 adolescents). Cette équipe estime avoir réuni des éléments significatifs permettant d’énoncer qu’il est possible de nouer une relation à potentiel thérapeutique avec la quasi-totalité des adolescents incarcérés. Elle pense qu’une telle démarche requiert une méthodologie déontologique-technique déterminée articulée sur l’indépendance du Sanitaire par rapport au Complexe judiciaire-pénitentiaire.
Si l’on se réfère aux histoires le plus souvent fracturées de ces adolescents, à leurs troubles de la subjectivation, aux dangers qu’ils courent et font courir à autrui, à leur réticence à rencontrer des psychistes en dehors du contexte carcéral, on peut également lire cet article dans une dimension de Santé publique.
L’auteur décrit le cadre matériel d’exercice de l’équipe. Les entretiens se font sur les lieux même de la détention, au plus près des adolescents et des autres adultes intervenants (surveillants et enseignants en particulier). Ce cadre contribue à installer un transfert de base groupal des adolescents sur les psychistes, et un contre-transfert de base des psychistes sur les adolescents délinquants. Contradictoirement, cette proximité facilitant les rencontres, les rend également difficiles au plan de leur faisabilité, en excitant les différents niveaux de conflictualité entre l’équipe pédopsychiatrique et l’administration Pénitentiaire qui peuvent être repérés et progressivement traités.
Ce cadre matériel est le support d’une approche extensive (quasi-totalité) des adolescents incarcérés. Cette possibilité d’une approche extensive, et son potentiel thérapeutique, a été vérifiée par l’équipe à une certaine étape de la recherche. Il en est rendu compte par deux vignettes cliniques emblématiques en ce qu’elles concernent des adolescents de contacts et de fonctionnements psychiques particulièrement difficiles d’accès. Deux limites de l’approche extensive sont étudiées. La principale est mise en rapport avec la théorie winnicottienne de « la tendance antisociale » : les hausses de la démographie du « Quartier des mineurs » (au-delà d’un seuil de 20-25 adolescents) conduisent à un certain abandon d’adolescents qui bénéficiaient d’une offre de soins suffisamment continue, et cet abandon peut entraîner un rebond antisocial. Ainsi l’équipe doit-elle s’efforcer à fonctionner en dessous de qu’elle sait être possible et souhaitable, dans l’attente que des moyens supplémentaires lui soient donnés par des autorités de Tutelle qui ne sont pas à l’écoute.
L’étonnante ouverture à l’autre des adolescents incarcérés qui ont la plupart du temps refusé farouchement de rencontrer des psychistes en milieu ouvert, est éclairée par ce que l’auteur appelle « le versant soignant de la prison ». Ce versant soignant est décliné selon un modèle métapsychologique où les items s’enchaînent en un idéaltype : réintroduction de la dimension du Réel par l’arrestation-incarcération ; confrontation à une force étatique inébranlable pare-excitante externe ; diminution de la culpabilité inconsciente par l’expérience vécue de la sanction ; triangulation de fait par la Justice et l’administration Pénitentiaire de la relation mère-fils ; restauration des carences et des maltraitances par la face positive de la surveillance et de l’autorité. Une série de vignettes cliniques vient appuyer chacun des items. Une vignette montre la limite absolue du modèle, celle où la prison n’est pas tolérée, essentiellement du fait d’un sentiment de perte insoutenable. Les limites relatives (pouvant faire l’objet de réformes) du modèle sont évoquées. Le tableau catastrophiste des abolitionnistes (opposants à la prison pour les mineurs) est récusé au nom de l’expérience globale qu’a l’équipe des vécus et des évolutions des adolescents incarcérés.
L’exposé de la méthodologie déontologique-technique de l’équipe est précédé d’une analyse serrée des textes sanitaires, pénitentiaires et de la Protection judiciaire de la jeunesse, concernant ce qui est communément appelé la pluridisciplinarité dans les « Quartiers mineurs ». L’auteur établit que ces textes et les pratiques, en réalité monodisciplinaires, qui en découlent sont anti-déontologiques et anti-subjectifs. Il expose l’intérêt subjectalisant d’une méthode qui offre à l’adolescent un haut niveau de garantie de la confidentialité des entretiens, et son implication véritable dans d’éventuels contacts de l’équipe pédopsychiatrique avec ceux qui interviennent également auprès de lui.
L’idée courante de la nécessité de médiateurs indispensables aux psychistes pour aborder ces adolescents, est relativisée. L’équipe croit beaucoup au couple (ou au moins au binôme) thérapeutique qui assure une meilleure assiette transféro-contre-transférentielle que la relation duelle. L’hypothèse centrale est que ce couple fonctionne comme attracteur-réorganisateur des éléments de la « Scène primitive » trop chaotiques ou violents que le patient a dû cliver, voire forclore. Une vignette clinique montre cette technique à l’œuvre sous la focale grossissante de son utilisation selon des modalités particulièrement actives avec un adolescent difficile pour lequel on dispose d’un recul d’un an sur son évolution après son incarcération.
Des perspectives de la recherche-action sont développées. La position de l’équipe est précisée par rapport à la nouvelle donne que constituera la présence d’éducateurs de la « Protection judiciaire de la jeunesse » en continu au « Quartier des mineurs ». La question cruciale des moyens est à nouveau évoquée, en termes de suivi post-pénal indispensable, de formation d’Internes en Psychiatrie, et d’un travail d’étude comparative des approches pédopsychiatriques dans les « Quartiers des mineurs ».
Un appareil de notes important donne les principales références théoriques de la démarche, et permet des développements cliniques et métapsychologiques. L’auteur et son équipe sont conscients que les délinquances juvéniles et leurs traitements, sont l’objet de constructions socio-politiques, avec leurs relais médiatiques, qui pèsent d’un poids considérable sur les pratiques. Cet appareil de notes permet également au lecteur de prendre connaissance du contexte, de la tendance actuelle à un « tout carcéral » parfaitement contraire à une approche mesurée qui doit traiter sur le même plan les carences en moyen insupportables de l’activité du milieu ouvert, et l’amélioration des fonctionnements des « Quartiers des mineurs » existants. L’histoire du traitement des délinquances juvéniles a montré que toute embardée dans un sens était régulièrement suivie de démentis.
Antoine Hibon : retours sur expériences
Cet article revient sur la recherche-action d’inspiration analytique qui a duré 5 ans, d’une équipe psychiatrique auprès des adolescents incarcérés dans un Quartier des Mineurs. Il donne les éléments des difficultés qualifiables de politiques que la méthodologie déontologique-technique de cette démarche a rencontrées avec la collégialité psychiatrique intervenant en prison, l’Administration pénitentiaire puis la Protection Judiciaire de la Jeunesse. Il situe à l’intérieur de la crise plus générale des relations Santé-Justice, une certaine tendance au minimalisme psychiatrique auprès des adolescents incarcérés. Il expose au plan de la psychologie sociale des acteurs, les difficultés de l’indépendance du Sanitaire dans les prisons, eu égard aux personnalités difficiles de certains prisonniers, et au versant humaniste de l’Administration pénitentiaire et à la réintégration de la Protection Judiciaire de la Jeunesse dans les prisons pour mineurs depuis le début du XXe siècle. Il critique les axes principaux de la rhétorique qualifiée de « rhétorique ad hoc » qui soutient aux plans idéologiques et techniques la création de 7 établissements pour mineurs qui représentent des budgets considérables. Enfin, il montre les limites, du fait des caractères structuraux de l’autoritarisme sécuritaire pénitentiaire et de l’action des parquets, de la tentative d’organiser l’incarcération des mineurs sur le modèle d’une Institution médico-sociale.
Adolescence, 2009, T. 27, n°2, pp. 383-397.