El autor pone en exergue la propensión de los adolescentes a utilizar la primera fase del trabajo terapéutico para denunciar las circunstancias personales o familiares que han podido ser las causas de una fragilizacion de la cualidad del sostén identificatorio del cual habian beneficiado precedentemente. Mas allá del desorden de identidad inducido por la sexualización de las identificaciones durante la adolescencia. Esta fragilización de la función identificatoria va inducir simultaneamente un encuentro muy precoz con lo absurdo.
Adolescence, 2017, 35, 2, 381-390.