Por una parte las instituciones de adolescentes, reciben todo tipo de solicitaciones, de otra parte, la extensión de la delincuencia tiene como efecto la socialización del crimen. En consecuencia, el terapeuta puede ocuparse de situaciones que se encuentran y cohabitan tanto en lo penal, como en lo social y en lo clínico. Así fue el caso de un joven criminal que recibimos. De parte la complejidad de la practica clínica, el terapeuta debiendo poder responder de una eventual recidiva, aquí se da cuenta de la opción clínica tomada, la cual privilegia el fantasma mas que la pulsión. Es la manera que nos parece lo más honesta para asumir nuestra responsabilidad social.
A partir de un caso clínico de una adolescente encarcelada, el autor trata de cómo el pasaje al acto violento a connotación sexual constituye un fracaso del « trabajo de pasividad » que se suelda con la muerte de lo femenino. Lo que el autor propone de designar bajo el término de « feminicidad ». Esta destrucción de lo femenino es una respuesta contra el riesgo de invasión de lo pulsional que es solicitado de manera masiva en ese tiempo particular que constituye la adolescencia. El artículo retraza las dificultades del tratamiento clínico de Sonia durante su estadía penal. El paso al acto, es pensado como una escena que reúne y condensa los elementos psíquicos internos que no logran organizarse ni asociarse a representaciones de amenaza de ruptura de identidad.
Este artículo, se apoya sobre un breve ejemplo clínico de un joven asesino que presentaba desordenes de comportamiento durante la adolescencia y viéndose ser rechazado el acceso a la cura bajo el pretexto que no hay motivación personal, se intenta discutir y criticar este concepto. Los autores muestran ciertas razones por las cuales es imposible a esos adolescentes de efectuar un pedido verbal de cura, puesto que es su comportamiento en el mismo que tiene valor de pedido en su manera de dirigirse inconscientemente al otro. Las teorías que hacen la hipótesis de una especificidad del lenguaje del acto durante la adolescencia son citadas : ellas permiten de pensar los dispositivos y reorganización terapéutica necesaria al tratamiento por el medio ambiente del sufrimiento psíquico de esos sujetos.
Los delitos y los crímenes, son según E. Durkheim acepciones que se enrracinan en la consciencia común. Pero ¿como es que esta consciencia de construye y se transmite?, ¿Que es le acto delictuoso?, ¿todo acto antisocial releva de una patología?, ¿Existe una epistemología común al campo sociológico y psicológico? Aquí se trata de responder a estas interrogaciones y a las implicaciones en el campo de la justicia de menores y de la cura de los delincuentes.
Desde junio 2007, un equipo médico psicológico (UCA-SMPR) interviene en el seno de un establecimiento penitenciario para menores de la región Rhône-Alpes, psiquiatra y psicólogo se proponen de revenir sobre esta experiencia interrogando la temporalidad de la cura y los factores específicos de ese marco institucional; ¿cuales son los objetivos de la cura?, ¿Cómo pensar la plaza de los terapeutas en una estructura de encierro en la cual la cura es tomada como « auxiliar » de un sistema represivo educativo?, ¿Cómo permitir una elaboración de los actos del sujeto y de la institución? Aquí les proponemos una reflexión que esta en el corazón de una práctica donde la identidad profesional es a menudo puesta a prueba.
El artículo, propone un análisis de los factores de funcionamiento psíquico de los adolescentes delincuentes enviados en cetros educativos cerrados. Las trayectorias, los caminos seguidos y los vínculos afectivos son constitutivos de la problemática de esos jóvenes a quien se les impuso el encierro y aceptar de tomar distancia de la figuras de referencia. ¿Para realizarse es que pueden ellos dejarse reducir a sus actos o a los escritos propuestos a su propósito? Sujetos de actos polisémicos, ellos interpretan de manera no homogénea las relaciones hacia sus padres. El artículo se apoya sobre las entrevistas clínicas de cerca de treinta y seis adolescentes internados. Si un trabajo alrededor de la problemática del vinculo se impone este es triple : Vinculo familiar, Vinculo hacia el grupo de pares, Vinculo institucional.
El flujo de menores delincuentes hace aparecer las grandes tendencias, resultado de la actividad de los diferentes servicios que concurren a una respuesta penal en aumentación. Pero los resultados de este examen ilustran sobre todo la diversificación de los tipos de delincuencia y las trayectorias procedurales e institucionales. El caso mas frecuente es aquel de menores delincuentes que teniendo un asunto con la institución de justicia una primera vez no reiteran. Al contrario, los menores que han cometido los actos mas graves o que son masivamente « recidivistas » se hacen raros. Todos hacen llamado a seguimientos específicos, conducidos en función de las características de los menores y de la dinámica psicológica y las circunstancias sobre la cual se basan los actos.
El encierro de los niños en todas sus formas no va de si. En referencia a los principales textos de la ley y a partir de su práctica de controlador general de los lugares de privación de libertad, el autor propone aquí una reflexión sobre los diferentes motivos, sobre los principios y los debates y sobre los efectos contrastados del encierro de menores.
Este artículo, se propone de examinar las mediadas « neoliberales » que han conducido estos últimos tiempos a una fuerte inflexión sobre los diferentes motivos, sobre los principios y los debates y sobre los efectos contrastados del encierro de menores.
La actualidad de la delincuencia que se manifiesta por la agresión contra el otro, su prójimo, a menudo brutal o como una explosión de destrucción inmediata releva de lo arcaico y que se refiere a la existencia subjetiva del sujeto. Los actos jurídicos proponen formas de re-educación social y de prevención centradas sobre el acto transgresivo, desorganizador y no toman en cuenta el potencial refundador, lo que trae como consecuencia el « encierro » de esos adolescentes y jóvenes adultos difíciles, reproduciendo al interior de los muros de la cárcel una estigmatización de los que cometieron faltas.
En lo que parece un impase, el « encierro » puede operar e introducir la dinámica de un pasaje si se instaura dispositivos de mediación terapéutica que somete al adolescente violento a un trabajo de re-elaboración psíquica y relanza la dinámica subjetiva ; abriendo el acceso a satisfacciones pulsionales constructivas, creativas y cerrando el paso a la dinámica de descarga. Esos espacios de transformación podrían dar lugar a la simbolización y reposicionar esos jóvenes en un sector de ínter subjetividad, en una comunidad de intercambios que les permita de encontrarse y apoyarse en un espacio que tome en cuenta sus posibilidades.
Adolescence, 2013, 30, 4, 797-813.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7