A partir de una definición de « hacer crecer » como modalidad de sostén de la capacidad a interesarse, el articulo muestra a la articulación de la antropología y del psicoanálisis en que los rituales tradicionales del paso a la edad adulta pueden constituir un sostén a la constitución del « Yo », y como es que cuando el mundo exterior pena a dar certitudes simbólicas los espacios de elaboración son necesarios para asegurar esta función.
Este texto propone de interrogar el lugar que ocupa las experiencias de la adolescencia a partir de una reflexión histórica y política sobre el sentido de la comunidad. Si la juventud estuviera siempre en primera línea en el movimiento de insurrección y emancipación de la civilización, los desastres del siglo XX han impreso la marca sobre las realizaciones humanas y han profundamente perturbado la relación de la acción al proyecto y a la confianza en el avenir. La violencia del acto esta en nosotros, incluso en sus formas extremas a través de las cuales nos protegemos. Imaginar como acercarse de la adolescencia y escribir sus manifestaciones en el ritmo mas vasto de las generaciones supone el hecho de reconocer esta fragilidad y esta contradicción en el corazón de la comunidad, y tomar en cuenta en todo momento de la vida humana de la larga metamorfosis en la cual estamos destinados.
La reticencia específicamente francesa a interrogar las alcoholizaciones de los adolescentes de una parte y de otra parte el posible alcoholismo del adolescente, obligan a una reflexión sobre la realidad del concepto de economía adictiva la cual no podrá ser confundida con la dependencia a un producto. En esas condiciones, no solamente el alcoholismo de la adolescencia no releva de una construcción fantasmática, pero nos parece interesante interrogar esas dos expresiones de la consumación de alcohol, como una tentativa de escaparse de la dominación de un modo de relación muy fusional dando lugar únicamente a la conquista de una pseudos-autonomización.
Las manifestaciones de los sufrimientos psíquicos de los adolescentes en la escuela a veces toman la forma de violencias verbales, la mayor parte banalizadas por los jóvenes y juzgadas por los profesionales. A partir de una investigación con los jefes de establecimientos, este articulo, interroga la función defensiva de dicha banalización a la vez como una modalidad de distanciación de la fuerza de la pulsión, la expresión de una preocupación narcisica y tratamiento psíquico de la efracción pubertaria de lo identitario. Los dispositivos de talleres de mediación, son presentados, como la ocasión de tratar de otra manera estas preguntas de una manera mas abierta a si mismo y a los otros.
El adolescente busca construir un lenguaje que atestigua de su revolea ; sin embrago, las exigencias del código inherente a lo hablado lo obligan a la organización de reglas sofisticadas sobre las cuales estaríamos errados de considerarlas como una ruina del lenguaje clásico. Se trata de un trabajo sobre las normas que interroga los procesos de creación nacidos de la rebelión y del exceso.
Trabajo alrededor de una clínica de agresiones sexuales vividas durante la adolescencia, en el miedo y la sideracion después de la efracción. A partir de un retorno sobre el asunto de la reminiscencia propia al síndrome de repetición traumática y post-traumática, el acento es puesto sobre la hipótesis de un periodo de latencia traumático, la predominancia del proceso traumático dejaría fuera de juego el trabajo de reorganización de unificación y de simbolización del sujeto. Tales agresiones y el devenir psíquico paralizado pero activo caracterizado por el retorno de lo idéntico, ellos ¿pueden ser articulados con los registros fantasmáticos propios de la adolescencia y de la transformación del cuerpo pubertario ? ¿O es que estamos frente a dos cuerpos extranjeros internos obrando por cuenta propia y atacando al sujeto que se halla entre la espada y la pared ?
El contexto psicopatológico de la anorexia mental en el caso del adolescente considera en primer lugar el cuerpo y ello tanto en su dimensión afectiva como también a nivel de las representaciones de las cuales hace objeto. Un cierto numero de desórdenes de la imagen del cuerpo, pueden ser descritas y pensadas como formas de solución sintomáticas a través de las cuales la adolescente anorexia intenta probar y asegurar las bases narcisicas mal establecidas y a veces muy frágiles. La terapéutica debe así tomar en cuenta esta dimensión para permitirle la resolución de sus desordenes. El psicodrama sicoanalítico, aplicado a una cohorte de pacientes sufriendo de dichos desordenes nos servirá aquí de soporte metodológico para poner en evidencia los elementos de esta problemática. También serán discutidos los efectos terapéuticos de la utilización de esta técnica a través de un cierto número de puntos de partida. (Análisis de los elementos corporales, de la contra-transferencia, la dinámica del contacto, utilización del doble y de las figuraciones corporales).
Este artículo constituye para nosotros, la ocasión de presentar e interrogar un dispositivo de mediación corporal a destinacion de adolescentes hospitalizados en una unidad de pedopsiquiatria. Se tratara de mostrar como la proposición de utilizar telas asociadas al mimo como un espacio de movilización del cuerpo, ello puede constituir una base para la subjetivación y la transformación psíquica y ello especialmente a este periodo de la vida.
Freud absorbe el fantasma de fustigación « se pega a un niño » como si formara parte de la dinámica psíquica de todo individuo. Ello se manifiesta a finales del periodo infantil y resulta de las transformaciones psíquicas que se atraviesan en tres etapas. Una re-escritura de este fantasma, emerge a la hora de la adolescencia. Pegar al padre es considerado como una actualización en el acto de ese fantasma presente en todo adolescente : « Yo pego a mi padre ». Comprendemos que las etapas emergen de manera simultanea, mezclándose entre ellas, y ello impulsado por la emergencia de lo pubertario. Cada etapa viene a delimitar un movimiento diferente de elaboración de la separación de las figuras edipicas. La re-emergencia de dicho fantasma a la adolescencia hace desbordar el sistema de reflexión; dejando coexistir los fuertes deseos edípicos al mismo tiempo tomando represalias hacia el otro por no haberlo retenido.
A partir del tratamiento terapéutico individual de una joven paciente de trece años Clementine, exploraremos las repercusiones que pueden tener un vínculo fraternal muy fuerte y la manera en que a veces se manifiesta como un freno al proceso de separación-individuación. Llevado al extremo en el fantasma de gemelidad emerge un Yo con contornos imprecisos y una continuidad de la relación potencialmente fragilizada por un sujeto al narcisismo frágil. La in diferenciación de los cuerpos y de los aparatos psíquicos. La anorexia hace explotar la esfera especular cuando solamente uno de los sujetos alcanza una pubertad fisiológica. En el espacio de la separación física y psíquica que ofrece un contexto de hospitalización. Las entrevistas clínicas nos aclaran sobre las modalidades del paso de un doble hacia si mismo y nos ayuda a pensar sobre lo que se pone en juego y los limites de lo que se moviliza en un trabajo de subjetivación.
Adolescence, T. 31 n°1, pp. 27-36.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7