A partir de “los periódicos de confinamiento” producidos por los adolescentes-jóvenes y adultos que narran la vida en colectividad familiar en periodo de crisis sanitaria y de confinamiento. El autor se interesa a la habitación del adolescente, su polisemia y los intereses múltiples y variados de las cuales puede ser objeto; en un momento el cual toda la familia está encerrada. Malestar y resiliencia cohabitan y caracterizan esta “cultura del cuarto” emblemático de la hiper modernidad.
Este artículo propone de mostrar los principios del adolescente que se confina y fabrica con mucho método un lugar de reclusión voluntaria hasta ofrecer la figura de un desaparecido, al límite de la angustia de un entierro, el lugar de una ascesis. Este texto aquí no intenta seguir la descripción de una curva ascética: las privaciones, el aislamiento y los ataques del cuerpo, si no que intenta de hacerlo en el lugar donde ocurre. El lugar de la ascesis, ahí donde la casa familiar se deshace y es recubierta por un nuevo espacio.
La imagen marítima de navegar en aguas oscuras propuesta por D. W. Winnicott para describir el periodo de la adolescencia ilustra la inmovilización de ciertos pacientes. La reactualización del conflicto de Edipo cuando no ha desaparecido, viene a solicitar al Yo y moviliza el narcicismo. En el centro de cura para los adolescentes, la psicoterapia institucional, asociada al tratamiento grupal, intenta de volverlos hacer navegar.
El encierro de los adolescentes, aquí es considerado como una inmovilidad psíquica que impide al síntoma de constituirse. La transferencia con su movimiento de enlace y desenlace, permitirá la regresión transformando así al sadismo primordial en masoquismo erógeno. Entonces, es así que el principio de placer puede convertirse en un verdadero guardián de la vida psíquica.
Madame butterfly, la ópera de Puccini, es una ilustración magistral del masoquismo y de la melancolía movilizada en los comportamientos de sacrificio, la cual ilustra el encierro durante la adolescencia. Los autores muestran cómo es que detrás de la figura de la mujer pasiva e ingenua se revela una posición activa de madame Butterfly para luchar contra la separación. Las identificaciones melancólicas al padre desaparecido y suicidado; nutre la imposibilidad de renunciar al objeto perdido y ganar en libertad de otra manera que atacándose a si mismo.
El autor aborda diferentes vivencias de encierro durante la adolescencia y ello a partir de una situación clínica y de varias operas. El examina, la strayectorias singulares de Bérangère secuestrada por su madre como también la de Pamina cautiva de la Reyna de la noche y la de Siegfried prisionero de las garras de Mime y Tannhauser retenido por la Diosa Venus. Esas cuatro situaciones nos invitan a diversas declinaciones de las organizaciones imagoïcas que preceden el interés por los objetos de substitución.
La tendencia a recluirse en el espacio familiar, es una tendencia manifiesta durante la adolescencia. La salida de la infancia con la “desacreditación parental”, está marcada por medio de un encierro hostil en el recinto de su habitación y ello ocurre por lo menos hasta el acto de “liberación” repentina. El caso de Alexis, uno de los primeros santos amerita de bautizar un “complejo” como un paradigma de la clínica y todo ello, encontrando la manera de incrustarse de incognito en la casa del padre y llevando una doble vida para luego buscar fuera de los ideales familiares un espacio sano. ¿Cómo no reconocer una fantasía mayor de la adolescencia como lo confirmara la narración kafkiana de La Metamorfosis?; Es muy perturbador de encontrarla presente mas allá del tiempo y las culturas y todo ello en un fenómeno llamado Hikikomori “auto-secuestración” de los adolescentes japoneses, los cual se reduce a un síndrome opuesto a lo que se puede aclarar del drama inconsciente que aquí se reconstituye.
El autor se refiere a la narración de La Metamorfosis de Franz Kafka como una narrativa de transformación, refiriéndose a las mutaciones de la pubertad, donde se van mezclando la emergencia de la sexualidad genital y la sujeción del cuerpo a lo biológico y la permanencia de lo sexual infantil. Usualmente, el fantasma de la auto procreación, permite de articular las diferentes obligaciones. El fracaso de dicha articulación, conlleva para el adolescente la vivencia de un cuerpo incontrolable y amenazante el cual debe mantenerse confinado.
El término encerrado, nos evoca a Marcel Proust: El mismo autor, pero también “la prisionera” que el narrador dice encerrar, obligando a cada quién a adivinar al otro de manera incesante para poder escarpase de el. En análisis creer que uno sabe lo que el otro piensa a tomado otra forma: la empatía; O. Reinick a concebido un juego que él lo llama “las cartas sobre la mesa” lo cual a sus ojos es una colaboración entre el analista y el paciente. Lo que queda por saber es si se trata o no de un juego que “encierra” de manera durable al uno y al otro en la transferencia.
Adolescence, 2023, 41, 1, 11-20.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7