El caso de Clément permite interrogarse sobre qué representa la voz para un adolescente sordo. Idealizada o denigrada, la voz de los « hablantes » suscita envidia. Lazo vocal, símbolo de lo que une a los adultos que sí oyen, la voz equivale, en la fantasía del adolescente, a una unión amorosa, máxime cuando su propia voz fue objeto de una excesiva implicación durante la infancia. Cuando irrumpe el cambio de voz puede desatarse un rechazo a lo pubertario.