A partir de la etiología tradicional de la enfermedad mental en el África negra, la autora aborda la noción de “ niño ancestro ” en la interpretación de la enfermedad mental entre los adolescentes africanos de la primera generación de migrantes. A partir de una lectura etnopsicoanalítica de dos casos clínicos, la autora pone en evidencia la reintroducción de la función simbólica del padre, fundada en dicha etiología tradicional, en el seno de dos familias expuestas a la aculturación. La autora demuestra la eficacia terapéutica de dicho método etnopsicoanalítico, que permitió a ambos adolescentes sustraerse al rechazo de filiación atribuido por esa lógica cultural, para no ser “ sacrificados ” a su condición de “ niños ancestros ”