La evolución de los desórdenes psicóticos pubertarios depende de la utilización que el adolescente y el medio terapéutico hagan de su alucinación. Cuando esta es desplegada y trabajada en una relación analítica, la parte narcísica de las identificaciones primarias se queda preservada y no es más indispensable de operar un desinterés hacia el inconciente como Freud lo postula en el caso del presidente Schreber, y en la esquizofrenia. La alucinación se vuleve un util precioso para salvaguardar y elaborar los deseos cuya enunciación permitirá de aligerar la economia del funcionamiento psíquico del adolescente. Dos ejemplos clínicos ilustran dicho propósito.