Sylvie una adolescente tratata en un hospital del dia, está sumergida en una preocupación exclusiva de los muertos. Ello no es el signo de un proceso de duelo en curso de elaboración, ni tampoco de un vínculo melancolico con el objeto perdido si no ello nos atestigua de una icrusión críptica de un duelo traumático no elaborado a la generación precedente. Esta inclusión genera un vínculo incestual en la familia y Sylvie trata de metabolizar a travez sus preguntas obsedantes acerca de la muerte.