La recomposición familiar es la ocasión de cambios múltiples individuales y grupales. Esos cambios, solicitan particularmente la parentalidad. Antaño la recomposición familiar sucedia al cabo de un deceso y tenia el rol de realizar una familia de substitución. Actualmente es una familia adicional y el niño a veces se encuentra confrontado a una verdadera « constelación parental ». Muchas veces es conducido a jugar un papel activo en los juegos complejos a los cuales se libran los adultos, y ello particularmente a la adolescencia. Asi cuando el hijo deja uno de sus padres para ir a vivir con el otro, el adolescente relanza lo anteriormente jugado entre los partenarios separados, al mismo tiempo que su sola presencia en el hogar recompuesto interroga fuertemente sobre la conyugalidad de la nueva pareja. Una crisis se desarrolla muchas veces con mas amplitud puesto que las tensiones son en la mayoria de veces mas actuadas que pensadas. Ello tiene consecuencias sobre las intervenciones terapéuticas basadas esencialmente y ello al menos durante el primer tiempo, sobre una clarificación relacional que debe ser rápida y breve. El riesgo de una explosión familiar asi como también de una nueva separación, es grande.