Apoyándose sobre la cura de un adolescente, el autor interroga un descubrimiento fundamental que se produce durante el periodo de la adolescencia: Se trata de la feminidad en si misma la cual es hasta ese momento ignorada por el sujeto tanto varón como mujer. Esta feminidad se inscribe para el sujeto fuera de lo que lo ha constituido estando niño como un ser sexuado. La sexualidad infantil se apoya en la primacía del falo el cual delimita las relaciones con los demás. El adolescente bajo la influencia del advenimiento de la pubertad viene a negar la primacía de lo fálico como instancia de regulación de la relación al mundo, como el límite de la sexualidad y como el límite del goce. Es mas allá de la dimensión fálica la cual corresponde a la feminidad en si y constituye a un modo de gozo que no esta enteramente marcado por el limite fálico. Ello es un pasaje obligado por la lógica inconsciente para poder constituir una relación amorosa heterosexual. Encontrarse con la diferencia, aquella que resume todas las diferencias conlleva dificultades para los adolescentes. Este desvío hacia lo femenino constituye una enrancia necesaria pero puede ser también la causa de enrancias sociales y psíquicas importantes para los jóvenes.